La curación total de una grave lesión cerebral que padecía un niño brasileño fue lo que, al ser reconocido como “milagro” por la Iglesia, hará posible la próxima canonización de los hermanos Francisco y Jacinta Marto, dos de los tres pastores de Fátima testigos de las apariciones marianas.
La historia que justifica el paso de beatos a santos de los hermanos portugueses, hasta ahora envuelta en secretismo, fue desvelada en Fátima por los padres del niño brasileño, João Baptista y Lucila Yuri, procedente del municipio de Juranda, en el estado de Paraná.
Según el relato del matrimonio, su hijo Lucas sufrió una grave lesión cerebral al caer por una ventana en marzo de 2013, cuando tenía 5 años.
La caída, de una altura de seis metros y medio, le provocó un “traumatismo craneal grave” y “pérdida de tejido cerebral en el lóbulo izquierdo”, e hizo que llegase al hospital “en coma, muy grave”, explicó el padre en declaraciones a la prensa.
En el centro médico, añadió, el menor “tuvo dos paros cardíacos y fue operado con urgencia”, con un desolador pronóstico médico que le auguraba “pocas probabilidades de vivir”.
Baptista aseguró que tras algunos días el parte varió ligeramente para indicar que si Lucas sobrevivía lo haría “con grandes deficiencias cognitivas o incluso estado vegetativo”.
Fue entonces cuando la familia, que se declara devota de Fátima, rezó a los pastores y pidió a una comunidad cercana de carmelitas que también lo hicieran, mostrándose, días después una recuperación total, sin ninguna secuela, de Lucas.
RAMG