POLíTICA

Llevan cuerpo del expresidente Arzú al Palacio Municipal de Guatemala

El cuerpo del expresidente Álvaro Arzú Irigoyen abandonó el Palacio Nacional y fue llevado en una carroza, entre vítores y aplausos, en un recorrido de casi dos kilómetros hacia el despacho municipal, su último bastión político, desde donde dirigió la ciudad de Guatemala los últimos 14 años.

Custodiado por cadetes del Ejército a su lado durante el traslado del Parque Central al llamado Palacio de la Loba (las oficinas de la alcaldía), el féretro de Arzú recorrió el paseo de la sexta avenida, una de las principales de la capital guatemalteca por su vida social y comercial, hasta su llegada, entre sirenas del cuerpo municipal de bomberos y consignas en su honor.

Una avenida que fue “rescatada” por la administración edil de Arzú y liberada de ventas informales -que fueron trasladadas a un centro exclusivo- para convertirla en peatonal, uno de los éxitos celebrados por la comunidad, pero con contrastes entre nuevos vendedores que pedían espacios y eran retirados continuamente, incluso con el uso de la fuerza.

La tensión subió de tono a mediados de 2016, cuando el alcalde Arzú llegó a decir que sacaría a los vendedores manifestantes “a morongazos (golpes)”, lo cual le valió una solicitud de desafuero que no prosperó, por supuesta incitación a la violencia.

Pero este soleado domingo, el ambiente era distinto, con las miles de personas se congregaron en el parque y a orillas del último camino del alcalde, a quien le echaron rosas blancas y rojas al ataúd que estaba arropado por una bandera del país centroamericano, el cual dirigió entre 1996 y 2000.

La carroza detuvo su camino frente al monumento a la paz, dos manos izquierdas metálicas monumentales que liberan a la paloma blanca, un símbolo que impulsó Arzú al firmar el fin del conflicto armado interno entre el Ejército y la guerrilla, que duró 36 años y cobró la vida de 200.000 personas y dejó 45.000 desaparecidos.

Allí, un grupos de cadetes, bomberos y policías municipales, tomaron en hombros el féretro para depositarlo frente a las puertas del Palacio Municipal, donde la familia, que había hecho el recorrido detrás de la carroza fúnebre, lo recibió para dar pie a entonar el himno nacional.

“Voy a extrañar ese ‘bendito’ radio que cargaba consigo todo el día, porque era una muestra de que estaba al tanto de lo que sucedía en la ciudad; no podía estar desconectado todo el día de lo que pasaba en esta ciudad que tanto amaba”, recordó al micrófono su hijo, el presidente del Organismo Legislativo, Álvaro Arzú Escobar.

Arzú padre falleció este viernes a sus 72 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio mientras jugaba al golf con su hijo, en un viernes de tráfico en la que él consideraba “la ciudad del futuro”.

Este mismo domingo se realizará la ceremonia de entierro, un evento “íntimo y familiar”, como lo ha manifestado la propia familia Arzú-Escobar desde que iniciaron las honras fúnebres el pasado sábado.

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Con información de EFE
RAMG