El Gobierno de Cuba aseguró, el martes 30 de noviembre de 2021, que las restricciones de visado de EEUU contra nueve funcionarios cubanos vinculados a la represión de la marcha del 15 de noviembre “no alteran” su determinación de “rechazar la injerencia extranjera”.
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El ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, calificó en Twitter de “hostil” la decisión contra esos funcionarios que, según Washington, trataron de “silenciar las voces del pueblo cubano” mediante “la represión y detenciones injustas” en la frustrada marcha opositora del 15 de noviembre.
“EEUU persiste en el error de suponer que nuestro Gobierno le permitiría provocar la desestabilización social en Cuba”, replicó el canciller cubano ante el comunicado, firmado por el secretario de Estado, Antony Blinke.
Rodríguez añadió que “es un derecho y un deber” de su país “salvaguardar las prerrogativas soberanas y rechazar la injerencia extranjera”.
EEUU persiste en error de suponer que nuestro gob. le permitiría provocar la desestabilización social en #Cuba. Es un derecho y un deber salvaguardar las prerrogativas soberanas y rechazar la injerencia extranjera. Las medidas hostiles anunciadas hoy no alteran esa determinación.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) November 30, 2021
El comunicado estadounidense asegura que entre los sancionados figuran “altos cargos” del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, pero no detalló su identidad.
Las autoridades cubanas “revocaron las credenciales de periodistas para suprimir la libertad de prensa” y “detuvieron arbitrariamente a ciudadanos cubanos que trataron de manifestarse de manera pacífica”, agregó el comunicado.
Comunicaron además al Gobierno su intención de devolver otras dos a partir del 28 de noviembre y entregarle al nuevo responsable de la delegación su visado de prensa, solicitado en septiembre. Por el momento esto no ha sucedido.
El Gobierno cubano, que no autorizó la marcha del 15 de noviembre, desactivó la protesta con un inusual despliegue policial en las principales ciudades, mítines de repudio, detenciones de opositores y bloqueos en las casas de activistas y periodistas independientes.
Asimismo, vinculó a los promotores de la marcha con “cabecillas contrarrevolucionarios” de instituciones y congresistas del vecino país que buscan un “cambio de régimen” y una “intervención militar”.
Con información de EFE
NRV