CRIMEN Y SEGURIDAD

¿Cremación e inhumación clandestina de cuerpos, una nueva forma de ocultar crímenes?

La FGJCDMX investiga la presunta cremación y inhumación clandestina de cuerpos en diferentes panteones del Valle de México

  • Un especial de Despierta detalló que la presunta cremación e inhumación clandestina ha ocurrido en los panteones de Santa Lucía y San Isidro

En el Valle de México se investiga lo que parece ser una nueva forma de ocultar crímenes, a través de la cremación e inhumación clandestina de cuerpos; es un reportaje especial de Despierta.

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La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) investiga la presunta cremación y inhumación clandestina de cuerpos en diferentes panteones del Valle de México.

Se presume que la presunta cremación e inhumación clandestina ha ocurrido en los panteones de Santa Lucía en Azcapotzalco, y San Isidro en Tlalnepantla.

Las investigaciones comenzaron en el BarQuito, ubicado en avenida Tezozomoc, Azcapotzalco, donde el 20 de agosto de 2020 hubo un tiroteo. De este lugar fueron secuestrados Karla Ramírez y Christopher Aguilar, quienes siguen desaparecidos.

Una camioneta Van blanca captada por el C5 y una carroza fúnebre Honda Odissey se llevó a ambos al panteón Santa Lucía y posteriormente al San Isidro.

Dicha información se comprobó al analizar los teléfonos de Saúl y su hijo el Cartier, dueño del BarQuito, ubicados tanto en el centro nocturno como en los cementerios, el día y hora de la balacera.

En Santa Lucía, donde Saúl era el administrador, permanecieron 15 minutos, mientras en el San Isidro lo hicieron casi seis horas.

Se sospecha que fueron cremados, pues uno de los imputados bajo proceso así lo confesó a su madre en una llamada telefónica interceptada.

Pero la falta de control y registros fehacientes del uso de los hornos ha complicado la investigación.

En el de Santa Lucía, peritos hicieron excavaciones con el fin de hallar a las víctimas.

La carroza que se llevó a Karla y Christopher pertenece a una funeraria ubicada en la calle Glinka, colonia Héroes de Nacozari, a unos 20 minutos del BarQuito.

Esto destapó el contubernio entre la funeraria Juárez y Ervo, el administrador y trabajadores de los cementerios.

Todo con el fin de desaparecer cuerpos sin dejar rastro.

El caso de Karla y Cristopher no sería el único, pues agentes de Investigación han sabido que cuatro grupos criminales tenían esta forma de desaparecer cadáveres.

Se trata de la Unión, del autodenominado Cártel de Tláhuac, la banda del ‘Pegaso’ y de Nestor, ‘El 20’.

Pese a que el caso BarQuito reveló las actividades delictivas en dos panteones capitalinos, la propia dependencia indaga a 17 servidores públicos por irregularidades en las pesquisas.

Con información de Antonio Nieto

LSH