POLíTICA

Crece tensión diplomática entre Italia y Francia por migrantes del ‘Aquarius’

Italia dijo el miércoles que la decisión de cerrar sus puertos a cientos de inmigrantes a bordo de un barco humanitario era firme, mientras sube la tensión entre Roma y París sobre la política migratoria.

“No cambiaremos (de postura) sobre los barcos pertenecientes a organizaciones no gubernamentales”, dijo el ministro del Interior, Matteo Salvini, en una entrevista con el periódico Corriere della Sera.

“Los barcos pertenecientes a organizaciones extranjeras y que llevan banderas extranjeras no pueden dictar la política de inmigración de Italia”, dijo Salvini, que también es el líder de la Liga, un partido contrario a la inmigración.

Desde el domingo, cuando tanto Italia como Malta se negaron a dejarlo atracar, unos 629 inmigrantes, entre los que se encuentran 11 niños y siete mujeres embarazadas, están a bordo del Aquarius en aguas del Mediterráneo central.

Algunos de los inmigrantes del buque humanitario, en su mayoría procedentes del África subsahariana, fueron trasladados a dos barcos italianos, pertenecientes a la guardia costera y a la Armada, y se dirigen al puerto español de Valencia.

El suceso, ocurrido una semana después de la toma de posesión del nuevo gobierno populista italiano, ha agudizado las tensiones en la Unión Europea sobre la inmigración.

Mientras España adoptó un tono diplomático con Italia cuando anunció que acogería a los inmigrantes, las relaciones entre Roma y París se han visto deterioradas con el estallido de acusaciones entre ambas partes.

El presidente francés, Emmanuel Macron, denunció la decisión de bloquear el Aquarius, operado por la organización humanitaria franco-alemana SOS Méditerranée, y afirmó que el derecho internacional obligaba a Italia a recibir a los inmigrantes. El canciller italiano convocó al embajador francés para que dé explicaciones sobre los comentarios de Macron.

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RECIBIR AL AQUARIUS, UN “ELECTROSHOCK POLÍTICO” A LA UE

El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, dijo que la decisión de su Gobierno de recibir a los 630 inmigrantes a bordo del buque Aquarius es una “llamada de atención simbólica”, un “electroshock político” a la Unión Europea para que “se tome en serio el problema”.

En un encuentro con periodistas, el ministro explicó que, si en Europa no existen las fronteras interiores, la frontera exterior debe ser común, por lo que lo ocurrido con el buque Aquarius y la
reacción española “es un toque de atención ante un problema de extrema gravedad”.

La llegada masiva de inmigrantes “es un problema común de todos los europeos y no parece que todo el mundo lo vea así”, subrayó el ministro, para quien “la política de inmigración de la UE no puede ser un ‘estamos preocupados’, sino ‘estamos ocupados'”.

“Si no somos capaces de controlar y reconocer la frontera común, va a ser muy difícil sostener que no haya fronteras interiores. Hay que ser consecuentes” y afrontarlo de forma común, dijo.

Borrell, presidente del Parlamento Europeo de 2004 a 2007, se mostró convencido de que la negativa de Italia a dejar atracar el barco cargado de inmigrantes y la decisión de España de darle acogida, va a ocupar buena parte de la conversación en la próxima reunión del Consejo europeo, prevista para los días 28 y 29 de junio.

“Se va a poner sobre la mesa. Italia va a tener que explicar lo que ha hecho y España lo que ha hecho”, comentó antes de apuntar que “a veces hay que sacudir un poco las cosas para que se muevan”.

El ministro español observó que “Italia lleva mucho tiempo pidiendo ayuda” y que este problema que hoy afecta a Italia “mañana afecta a Grecia, o a España o a cualquiera”, por lo que debe ser abordado de forma común.

“Ha llegado el momento de hablar en serio de inmigración”, concluyó.

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Con información de Reuters y EFE

HVI