Eduardo Reyes Chávez, director de análisis y consultoría de Intélite, destacó este lunes en “Estrictamente Personal”, conducido por Raymundo Riva Palacio, que a una semana de la elección presidencial, la corrupción se ha vuelto una nueva forma de hacer política.
Reyes Chávez hizo referencia a un estudio de Intélite, basado en alrededor de 132 millones de registros de prensa, para identificar el comportamiento de los distintos sectores sociales sobre la corrupción.
Explicó que Intélite se dio a la tarea de buscar no sólo la palabra corrupción, sino también actos que están ligados a esa tipología, como soborno, extorsión, peculado e incluso actos como tirar basura en la calle, robar cable, acciones que parecerían actos cotidianos que no tienen un caudal restrictivo, pero que son actos de corrupción.
Subrayó que el Estado es responsable de mucho de lo que se está viviendo en México, pero la corrupción es un problema antropológico, cultural y social.
Intélite estudió el problema de la corrupción por sectores, incluyendo políticos, servidores públicos, empresarios y sociedad en general, y se percató, según Reyes Chávez, de que la corrupción ya no es un problema solamente referente al uso del poder o al ejercicio de autoridad, sino que tiene que ver con un espacio de corresponsabilidad donde “todos estamos tirando la piedra y escondemos la mano”.
Intélite estudió el problema de la corrupción por sectores, incluyendo políticos, servidores públicos, empresarios y sociedad en general. (Tomada de FOROtv).
Advirtió que la sociedad está encontrando un papel de “acusadora”, pero no está siendo responsable del daño que se hace a sí misma cuando no es capaz de entender que también es parte del problema.
El director de análisis y consultoría de Intélite insistió en que el problema de fondo no es que los políticos roben, sino que la sociedad solamente acusa y no sabe qué tanto forma parte del problema.
Rafael Cardona, colaborador de “Estrictamente Personal” hizo referencia al lema de José López Portillo, que decía: “La solución somos todos” y cómo la gente, con picardía, la modificó por “La corrupción somos todos”.
Ante esto, Reyes Chávez insistió que a una semana de la elección presidencial hay una coyuntura donde los partidos y los candidatos utilizan el tema de forma clientelar y lo que tenemos que hacer como sociedad es construir un discurso que nos haga entender el papel que estamos jugando en el problema, asumir que si no tenemos un uso de conciencia y que no somos capaces de saber hasta dónde este problema nos está costando.
El director de análisis y consultoría de Intélite explicó que en 2006, Transparencia Internacional decía que México tenía el lugar 51 a nivel mundial, de 180, es decir era uno de los países menos corruptos, pero hoy, en 2017, el país ocupa el lugar 135, lo que significa que se ha triplicado el ránking negativo.
Añadió que entre 2013 y 2015 se dio también un crecimiento exponencial de redes sociales, que es un factor decisivo, pues se trata de otras formas de comunicar, además de que fueron años complicados para el gobierno de Enrique Peña Nieto, donde se vieron situaciones muy negativas para su administración.
Reyes Chávez destacó cómo un Gobierno que tenía un nivel de aceptación elevadísimo y construyó un pacto de fuerzas políticas se fue debilitando.
Sobre el caso Odebrecht, Reyes Chávez destacó que en México se ha venido acarreando el problema de la ausencia de Estado de Derecho, además de la impunidad.
Agregó que el caso Odebrecht ya costó tres presidencias en América del Sur y en México aparenta total normalidad.
Sentenció que la gran conclusión a la que se llega es que en México todo es posible “siempre y cuando haya con qué” y es un estereotipo que además de ser negativo explica la condición de que no es que se quiera deslindar a los políticos sino que hay que entender que hay una situación donde históricamente hemos sido cómplices, hemos sido copartícipes y hemos sido acompañantes de un Estado incapaz de brindar seguridad.
Con información de Estrictamente personal
AAE
