SALUD

Científicos trabajan para desarrollar una vacuna contra el coronavirus

Científicos del mundo trabajan a marchas forzadas para desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus responsable de ocasionar el COVID-19

Científicos del mundo trabajan a marchas forzadas para desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus responsable de ocasionar COVID-19.

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El reto ha sido acortar un proceso que suele durar entre siete y 15 años a talvez menos de 12 meses.

Gracias a las plataformas que los investigadores han desarrollado para el coronavirus causante del SARS, hoy es posible probar en humanos algunas contra este nuevo virus.

Rosa María Wong, jefa de la Subdivisión Investigación Clínica, de la UNAM, dijo:  “El SARS-Cov-2 que produce la COVID19 tiene una proteína externa que es la proteína S, las vacunas actualmente que se están desarrollando están basadas en cuatro estrategias: una es meter el virus completo, ya sea atenuado o muerto, otra es meter la pura proteína S, inyectarla, para que se produzcan anticuerpos, otra es utilizar información genética del virus e inyectarla, para que se produzca esta proteína S y entonces se desarrolle toda esta respuesta inmunológica y por último meter la estructura del virus sin la parte interna del virus Hasta ahora dos países, Estados Unidos y China han iniciado las pruebas en humanos”.

En condiciones habituales, tras desarrollar la vacuna en el laboratorio se prueba en animales, después entra a la fase uno que consiste en administrar la vacuna a decenas de voluntarios para probar su seguridad y si activa las defensas del individuo.

La fase dos corresponde a demostrar dicha información en miles de personas y finalmente la fase tres implica administrarla a otros miles en lugares donde se encuentra la enfermedad para corroborar su eficacia.

En el caso de SARS-Cov-2, hay retos a enfrentar.

Rosa María Wong, jefa de la Subdivisión Investigación Clínica, de la UNAM, señaló: “El primero es encontrar parte del virus que sea realmente útil para producir una respuesta inmunológica, dos, que no genere un problema mayor, como se ha visto con otros prototipos de coronavirus en los que hay una mayor inflamación pulmonar, tres, que no sabes realmente cuál es la forma de medir la inmunidad y la protección y 4 que son procesos sumamente largos y costosos”.

Pero a pesar de los riesgos médicos y económicos, la pandemia de COVID-19 ha acortado los tiempos a velocidades récord, planeando destinar sumas estratosféricas para la manufactura a gran escala antes de demostrar su absoluta eficacia y seguridad y con el riesgo de perder la totalidad de la inversión en caso de que los resultados no sean los planeados.

Finalmente para la población la esperanza es grande de contar con una rapidez nunca antes vista con una vacuna contra COVID-19.

Con información de Diane Pérez

LSH