La controversia surgió la semana pasada cuando se supo que sobre Porter, quien ostentaba el cargo de secretario de personal de la Casa Blanca, pesaban sendas denuncias por malos tratos presentadas por sus dos exmujeres.
Esa situación encendió todas las alarmas puesto que cualquier empleado de la Casa Blanca debe someterse a una detallada investigación de antecedentes del Buró Federal de Investigación (FBI), la cual difícilmente habría superado Porter debido a dichas denuncias.
La Casa Blanca defendió en un principio que no conocía las acusaciones cuando contrató a Porter a comienzos del año pasado, y que el alto funcionario pudo trabajar gracias a contar con un permiso temporal que da acceso a información confidencial, lo cual es habitual durante una transición de Gobierno.
Sin embargo, el director del FBI, Christopher Wray, desmintió ayer esta afirmación al declarar en el Senado que su departamento mantuvo informado al equipo del presidente de cada paso de la investigación.
Tras esas declaraciones, el congresista republicano Trey Gowdy, que preside el citado comité, ha pedido explicaciones al jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, en una carta compartida por el órgano de control de la Cámara Baja a través de las redes sociales.
“Ayer el director del FBI, Christopher Wray, testificó que ya el año pasado se había completado el proceso de seguridad sobre el antiguo empleado de la Casa Blanca Rob Porter. Esta afirmación contradice los argumentos de la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, expresados el pasado lunes”, reza la misiva.
El cuarto punto de la carta solicita a Kelly que aporte información sobre las fechas exactas en las que el equipo de la Casa Blanca supo que la acreditación de Porter sería “potencialmente” rechazada.
Con información de EFE.
ramg