El Congreso peruano obligó el jueves al presidente Pedro Castillo a permanecer en el país esta semana, mientras busca un gabinete de “ancha base” con un renovado equipo de Gobierno, el quinto en el primer año de una gestión marcada por una constante inestabilidad política y denuncias de corrupción.
Te recomendamos: ‘Soy un hombre honesto’, asegura presidente Pedro Castillo tras interrogatorio por corrupción
Castillo, que asumió al poder postulando por el partido marxista Perú Libre, había pedido el visto bueno del Congreso para asistir el domingo a la ceremonia de asunción del presidente izquierdista electo de Colombia, Gustavo Petro.
Unos 67 legisladores votaron en contra del permiso, 42 a favor y cinco se abstuvieron de emitir su voto. El rechazo al viaje por parte del Congreso dominado por la oposición de partidos de derecha no tiene precedentes desde que Perú aprobó su constitución actual en 1993; y se produce cuando algunos legisladores piden un nuevo juicio político contra Castillo.
Varios legisladores que rechazaron el viaje dijeron que se opusieron porque temen que Castillo pueda huir del país.
El presidente peruano encara cinco investigaciones fiscales, entre ellas por los presuntos delitos de tráfico de influencias, de obstrucción a la justicia, de dirigir una organización criminal y hasta de plagio de su tesis de maestría de profesor.
El rechazo al viaje se produce un día después de la renuncia del primer ministro Aníbal Torres alegando “razones personales”. Con su salida, todos los integrantes del gabinete de 19 ministros también deben presentar su renuncia y Castillo puede renovar o ratificar a algunos miembros del equipo.
“Mañana (viernes) vamos a juramentar a este (nuevo)Gabinete”, dijo más temprano el presidente Castillo a periodistas tras acudir a la fiscalía. “Abro este espacio a los demás partidos políticos para que de una vez hagamos un gabinete de ancha base para trabajar por el Perú”, afirmó el mandatario.
El mandatario se presentó sorpresivamente ante la fiscal general Patricia Benavides para brindar su testimonio frente a las investigaciones en su contra sobre un presunto tráfico de influencias en el ascenso de militares y policías de alto rango.
El abogado de Castillo había dicho en la víspera que el mandatario no iba a asistir por discrepancias en la forma de cómo se estaban conduciendo las investigaciones. Castillo apeló en la cita a su “derecho de guardar silencio”, dijo su abogado.
“No me voy a someter a casos mediáticos, lo mediático no me ha elegido; a mi me ha elegido el pueblo peruano”, dijo Castillo a periodistas. “No soy parte ni formo parte de una red criminal, eso lo he dicho el día de hoy a la Fiscal de la Nación”.
¿CALLAR O COLABORAR?
Castillo ha acusado a la fiscalía de “desmantelar” una investigación de jueces implicados en presunta corrupción. El Ministerio Público rechazó la imputación y afirma que actúa “sin ningún tipo de injerencia política, económica o mediática”.
La presidenta del Congreso, Lady Camones, manifestó a periodistas que lamenta la actitud “de una aparente obstrucción a la justicia” por parte del presidente Castillo frente a la fiscalía. “Callar no es colaborar con la justicia”, señaló.
Y ante la propuesta de Castillo de conformar un amplio gabinete, Camones, del partido conservador Alianza para el Progreso, dijo que “difícilmente” participarían en el Gobierno.
Es la primera vez que un presidente en ejercicio en Perú es investigado por la justicia, aunque de acuerdo a la Constitución no puede ser acusado mientras dure su mandato de cinco años.
Castillo, un exsindicalista y exprofesor de escuela pública, ha dicho que detrás de las acusaciones están la “oligarquía y poderes fácticos” que buscan su destitución.
El mandatario, que acudió a la fiscalía caminando unas cuadras y regresó también caminando a Palacio de Gobierno, estuvo en el Ministerio Público alrededor de una hora. En las afueras de la sede protegida por una columna de policías decenas de personas se manifestaron a favor y en contra del líder.
El presidente peruano, que ha realizado hasta ahora una rotación de ministros sin precedentes, ya ha sobrevivido a dos intentos de destitución por parte de un fragmentado Congreso.
El Congreso también investiga a Castillo y legisladores de oposición han anunciado recientemente que alistarán una moción para iniciar un nuevo juicio político en su contra. Pero para expulsarlo se requieren más de 87 votos de los 130 congresistas, algo improbable en estos momentos, según analistas.
Perú ha vivido en medio de constantes sobresaltos políticos y ha tenido desde el 2016 cinco presidentes, incluido Castillo, luego de destituciones o renuncias.
Con información de Reuters
Rar
