En la región Altos de Chiapas, los indígenas tzotziles del municipio de Zinacantán, adornan con vistosas flores y rosas las tumbas de sus difuntos previo a la celebración del Día de Muertos.
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Se trata de una tradición ancestral llena de misticismo y colorido, en la que las familias se reúnen en el panteón municipal para preparar la llegada de sus difuntos.
Ricardo Juan Hernández López, director de Cultura de Zinacantán, dijo: “Hoy para la mayoría es el día en que se adornan todas las tumbas de los difuntos de los familiares y es cuando se dan cita toda la gente para arreglar lo mejor posible las tumbas de sus seres queridos.”
La tumba es cubierta con hoja de juncia y adornada con flor de cempasúchil, al frente se colocan arreglos florales de por lo menos 20 variedades de flores que se cultivan y cosechan en el pueblo.
Pedro Gabriel Pérez Hernández, indígena tzotzil, comentó: “Lo que le ponemos acá son las flores del rosal, crisantemos y la flor de muerto, también le ponemos juncia que es parte del adorno”.
Por la noche preparan los altares en los hogares, el adorno del altar está a cargo de los hombres; las mujeres cocinan la comida que degustarán los difuntos.
Antonio de la Torre, indígena tzotzil, agregó: “Las mujeres en especial su tarea es cocinar la comida, lo que es el chayote y elote y lo más tradicional que es la comida que es carne ahumada y va acompañado con eso.”
El altar simboliza el regalo de los vivos a muertos.
El pueblo Tzotzil rodeado de valles y montañas rinde culto a sus seres queridos en una de las festividades arraigadas desde tiempos precolombinos.
El Día de Muertos, tiene una demostración de cariño, colorido y respeto y es la celebración más esperada por los pobladores de Zinacantán.
Con información de Juan Álvarez Moreno
LSH