A las 3:15 de la tarde del 20 de abril del 2016, un fuerte estruendo cimbró a Coatzacoalcos, Veracruz.
Un estallido se registró en el área de hornos de la planta de Clorados 3 en el Complejo Petroquímico Pajaritos.
La onda expansiva alcanzó los 10 kilómetros rompiendo cristales de viviendas y negocios.
Una enorme columna de humo negro empezó a observarse en el cielo.
En el paso de lanchas y transbordador la gente observaba con incertidumbre hacia la zona industrial.
El saldo de la explosión fue de 32 muertos, 136 heridos, 13 de ellos graves, uno permanece en Estados Unidos recibiendo atención médica.
“Hay un caso que tenemos en Estados Unidos y él ya hizo contacto con un despacho externo y ellos van a ver su caso en cuestiones legales y económicas para que les puedan ayudar”, dijo Xóchitl Mortera Hernández, integrante de Fundación Niños Quemados.
Tres horas después del siniestro, a las 18.22 horas el incendio quedó controlado.
Tras el accidente las clases fueron suspendidas en seis municipios del sur de Veracruz.
A un año de la explosión la planta aún permanece sin operar, decenas de trabajadores se quedaron sin empleo.
“Dicen que empezarían con el desmantelamiento de la planta supuestamente que eso ya está desde el año pasado”, señaló Marcos Barahona, un extrabajador.
Los constructores esperan que pronto las actividades se reanuden.
“Por ahí había una pequeña licitación una cantidad muy baja para poder empezar a desprender algunas estructuras para poder erigir la nueva estructura que se dañó”, indicó José Armando Morales Silva, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC)
A un año del accidente en Clorados 3, la investigación aún sigue abierta por parte de la Procuraduría General de la República, hasta la fecha se desconocen las causas del accidente.
Con información de Graciela Gómez.
LLH
