POLíTICA

¿Cómo llegó Napoleón Gómez Urrutia al Sindicato Minero?

Hace más de 12 años, surgieron voces que cuestionaban la forma en que Napoleón Gómez Urrutia se convirtió en secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos de la República Mexicana.

En 2002, Gómez Urrutia heredó el Sindicato Minero que su padre, Napoleón Gómez Sada, controló durante 42 años.

En marzo de 2006, Vicente Cañedo, exminero de Cananea, dijo que cuando murió Napoleón Gómez Sada, Gómez Urrutia “agarró el poder, pero para agarrar el poder debió ser nombrado en una asamblea extraordinaria… y no estaba aquí cuando ganó. Estaba en Canadá”.

Mientras su padre dirigía el Sindicato, Napoleón Gómez Urrutia estudió en universidades de Inglaterra y Alemania.

Cuando llegó al Sindicato buscó igualar las condiciones laborales de los mineros mexicanos con las de los canadienses, obligando a mineras como Grupo México, de Germán Larrea, a revisar los contratos colectivos de trabajo, para conseguir mejores prestaciones salariales.

La resistencia de las empresas mineras para cambiar las condiciones laborales provocó roces con Gómez Urrutia y en julio de 2004, los sindicalizados, al ver que no se cumplían las nuevas condiciones laborales, iniciaron emplazamientos a huelga en varias minas de Sonora, hasta que lograron conseguir sus demandas.

Ezequiel Moreno, minero de Cananea, reveló que su salario oscila entre “los mil 700 y mil 800 a la semana… De puros bonos de despensa en un mes, vienen siendo unos mil 200 pesos”.

A raíz de ese conflicto, Grupo México comenzó a hacer público un presunto fraude cometido por Gómez Urrutia a los mineros.

Entre febrero y agosto de 2005, tres años después de haber llegado al Sindicato, según la Procuraduría General de la República (PGR), Gómez Urrutia habría realizado 34 operaciones financieras con dinero del Sindicato por 272 millones de pesos, que fueron a parar a cuentas bancarias en México y el extranjero, de familiares y cercanos.

Salvador Rocha Díaz, representante legal de Grupo México, señaló que “Napoleón y sus cómplices le dan instrucciones a Scotiabank, que era el fiduciario, que les entreguen los 55 millones de dólares… Hemos demostrado, inclusive, cómo una parte importante de ese dinero fue a dar a las cuentas de Napoleón, a pagar cuentas de sus hijos, de su esposa, a favor de algunos privilegiados del Comité Ejecutivo del Sindicato Minero”.

Ese dinero era del fideicomiso de 55 millones de dólares que abrió la empresa industrial minera México, en noviembre de 1988, en el banco Scotiabank para indemnizar a mil 800 trabajadores, cuando el gobierno privatizó la compañía minera de Cananea.

A raíz de las investigaciones, el líder minero se autoexilió en Canadá, desde 2006. Ocho años después, la Interpol emitió una ficha roja en su contra y se dijo perseguido político.

A finales de 2014, un Tribunal Colegiado en Materia Penal canceló la última orden de aprehensión, de cuatro, en contra de Gómez Urrutia. Después, obtuvo la nacionalidad canadiense.

Raúl Sainz, abogado laboral de los mineros defraudados de Cananea, afirmó que Napoleón Gómez Urrutia se fue a Vancouver, Canadá, a disfrutar de los recursos que “le robó a los trabajadores”, en vez de estar en San Juan de Ulúa o en Almoloya.

 

Con información de Fátima Monterrosa.

 

RMT