A pesar de las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias de Jalisco por el COVID-19, familias completas de migrantes llegaron hasta la Catedral Basílica de la Virgen de San Juan, en San Juan de los Lagos, antes de regresar a trabajar en sus lugares de residencia en Estados Unidos.
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Este año, para poder visitar a su santa patrona, los migrantes tienen que cumplir con las medidas sanitarias, como uso de cubrebocas obligatorio, gel antibacterial y toma de temperatura antes de ingresar.
La entrada principal de la Basílica de San Juan está cerrada, mientras que el acceso es por una puerta lateral y en grupos de máximo 40 personas.
“Solo entran aproximadamente de 30 a40 personas por tandas, en donde el acceso, pues, obviamente es limitado. Hay que hacer fila durante mucho tiempo para entrar poco a poco, se toma la temperatura, se da gel, pasan por los arcos con desinfectante”, comentó Heriberto García Arias, abad de la Basílica de San Juan.
Las familias Hernández Rojas y Moreno Sánchez viajaron desde Colorado y Texas para pasar las fiestas decembrinas en Guanajuato y Zacatecas, pero aprovecharon para visitar a la Virgen de San Juan.
“Son muchos kilómetros los que hay que recorrer, pero vale la pena, vale la pena, venir hasta aquí”, comentó Manuel Hernández, migrante de Colorado.
Las visitas son guiadas por sacerdotes y la mayoría de los migrantes viene a pagar sus mandas, otros a pedir por la salud de ellos y sus enfermos.
Los migrantes visitan a la Virgen de San Juan, a quien piden protección para sus familias y que los guíe en sus trabajos en Estados Unidos.
Con información de Edgar Tamayo
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