CRIMEN Y SEGURIDAD

Los ‘chalecos amarillos’ protestan de nuevo en París, Francia

Los “chalecos amarillos” salieron a las calles de París y otras ciudades de Francia por onceavo sábado consecutivo para protestar contra la política social y económica de Emmanuel Macron.

La gente está harta, no consigue vivir de su trabajo”, dijo un chaleco amarillo.

Los salarios tienen que subir”, comentó otro chaleco amarillo.

La dimisión de Macron despejaría el camino, y también la disolución del Parlamento”, señaló un chaleco amarillo.

El gran debate nacional lanzado por el mandatario para que los franceses expongan sus quejas no logró aplacar la ira de los manifestantes.

Macron no nos escucha, habla mucho, es puro bla, bla, bla, durante horas y horas, pero no hay ninguna acción”, aseguró un chaleco amarillo.

Mantienen el pulso con un Gobierno que, a su modo de ver, sigue sin entender lo que exigen.

En la lista de sus reclamos aparecen el aumento de los sueldos, el restablecimiento del impuesto sobre las grandes fortunas, el referéndum de iniciativa ciudadana, un nuevo orden financiero global.

Buscamos también la convergencia de todos los movimientos de protesta contra la política actual, que es completamente autista”, dijo uno de los chalecos amarillos.

Cuatro cortejos fueron convocados en la capital gala.

Si la crisis no se resuelve rápidamente, si la calma no vuelve pronto, Francia será una nueva Venezuela”, afirmó un chaleco amarillo.

Como en semanas anteriores, la protesta degeneró en disturbios en varios puntos de la ciudad. La Policía usó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los más radicales.

De nuevo estalló la tensión, hay provocadores, y la Policía responde a los provocadores. Todas las protestas son así, desgraciadamente”, señaló un chaleco amarillo.

Uno de los líderes de los chalecos amarillos, Jerôme Rodrigues, quedó herido en un ojo por un proyectil disparado por la Policía.

En la Plaza de la República, en pleno corazón de París, se inauguró la llamada “noche amarilla”, una velada de intercambio de ideas.

Esta Plaza de la República podría convertirse en el centro de discusiones nocturnas. Los organizadores insisten en que deben ser pacíficas.

La calma duró poco. La Plaza se transformó rápidamente en escenario de choques entre agitadores y agentes antimotines.

No hay consenso en torno a las estrategias a seguir. En el seno del movimiento se observan fracturas. Una fracción de los chalecos amarillos presentó su lista para participar en las elecciones europeas. La iniciativa fue calificada como una traición por parte de otros grupos de militantes.

En toda Francia protestaron 69 mil personas, 15 mil menos que la semana anterior.

Con información de Kasia Wyderko

HVI-JLR