ESTADOS UNIDOS

Celebran funeral de Estado de George H.W. Bush

Washington despidió hoy con un funeral de Estado al expresidente de Estados Unidos, George H.W. Bush (1989-1993), quien fue homenajeado con una emotiva ceremonia oficiada en la Catedral Nacional a la que acudieron líderes políticos y miembros de la realeza de distintos lugares del mundo.

Después de que miles de ciudadanos pasaran a lo largo de los dos últimos días por la capilla ardiente instalada en el Capitolio para presentar sus respetos, una comitiva fúnebre trasladó este miércoles el féretro del exmandatario a la catedral, donde su familia aguardaba su llegada.

La procesión fúnebre que lleva el cuerpo del presidente George H. W. Bush (Reuters)

El presidente y Melania rindieron tributo al exmandatario en el Capitolio el lunes por la tarde, donde se celebró una capilla ardiente con sus restos mortales. También se reunieron el martes con George W. Bush, su esposa Laura y otros miembros de la familia.

Al funeral de hoy asistieron los otros tres ex presidentes estadounidenses vivos, los demócratas Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama, así como sus esposas.

Entre los líderes extranjeros que asisten se cuenta la canciller alemana Angela Merkel, quien calificó a Bush padre como “un golpe de suerte en la historia de Alemania” por su apoyo a la reunificación del país tras la caída del Muro de Berlín y su papel en las relaciones transatlánticas.

También asistieron el rey Abdalá II de Jordania y el expresidente de México Carlos Salinas (1988-1994), entre otros.

Servicio funerario para George H.W. Bush en la Catedral Nacional (Reuters)

El expresidente George W. Bush (2001-2009), hijo mayor del mandatario fallecido, presenció junto a su esposa Laura Bush el traslado del ataúd, con la mano en el pecho.

A las 11.00 hora local (16.00 GMT) dio comienzo el servicio fúnebre, oficiado por el reverendo Russell J. Levenson, amigo de la familia Bush.

A continuación, tomaron la palabra la nieta del exmandatario Jenna Bush Hager, el biógrafo presidencial Jon Meacham, el ex primer ministro de Canadá Brian Mulroney y el exsenador republicano Alan Simpson.

Todos ellos recordaron el carácter afable del 41º presidente de Estados Unidos, fallecido el pasado viernes a los 94 años de edad, y destacaron su papel como hombre de Estado en un momento clave de la historia del país, marcado por el fin de la Guerra Fría.

“Cuando George Bush era presidente de Estados Unidos, todos los jefes de Estado del mundo sabían que estaban tratando con un caballero, con un líder genuino; uno bien asentado, decidido y valiente”, aseguró Mulroney.

El último en elogiar al otrora mandatario fue su propio hijo, el también expresidente George W. Bush (2001-2009).

Visiblemente emocionado, Bush puso de relieve el carácter optimista de su padre y aseguró que lo que más le gustaba hacer era reirse, “sobre todo de sí mismo”.

El republicano comentó que fue su progenitor quien le enseñó lo que significa ser presidente y aseguró que siempre se esforzó para dejar un mundo mejor.

Para ello, dijo, se rigió por valores como la “honestidad”, el “honor” y la ética de trabajo, sin olvidar que no siempre se puede ganar.

“En la victoria, compartía el mérito. Cuando perdía, cargaba con la culpa. Aceptaba que el fracaso es parte de un vida plena”, dijo Bush en un aparente guiño a la derrota sufrida por su padre en las elecciones de 1992, que le impidió ejercer un segundo mandato.

El exmandatario consiguió terminar su discurso justo antes de que las lágrimas le impidieran proseguir al recordar que, a partir de ahora, su padre podrá descansar junto “al amor de su vida”, su esposa Barbara Bush, cuyos restos reposan desde abril pasado en la Biblioteca Bush situada en la localidad de College Station (Texas).

Al concluir la ceremonia, el féretro fue trasladado a la base aérea de Andrews, donde aguardaba el avión presidencial para trasladarlo de vuelta a Texas, donde el jueves recibirá el último adiós de su familia.

Los restos de George H. W. Bush descansarán, finalmente, junto “al amor de su vida”, como definía siempre a su esposa Barbara Bush, en la Biblioteca Bush situada en la localidad de College Station, Texas, a 160 kilómetros de Houston.

TRUMP SALUDA A OBAMA, PERO NO A LOS CLINTON

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su antecesor, Barack Obama (2009-2017), se dieron hoy la mano al comienzo del funeral del exmandatario estadounidense George H. W. Bush (1989-1993), pero no hubo ninguna interacción entre el jefe de Estado y su rival en las elecciones de 2016, Hillary Clinton y Bill Clinton.

El saludo entre Trump y Obama fue la primera interacción conocida entre ambos desde el traspaso de poder el 20 de enero de 2017, hace casi dos años.

En primera fila del funeral por el expresidente, fallecido el pasado viernes a los 94 años, se encontraban los exmandatarios demócratas Barack Obama, Bill Clinton (1993-2001) y Jimmy Carter (1977-1981), junto a sus respectivas esposas, Michelle, Hillary y Rosalynn.

El presidente Trump le da la mano a Barack Obama (Reuters)

Trump y su esposa Melania llegaron poco después y se sentaron en un extremo de la misma fila, con la primera dama sentada al lado de Obama y el actual presidente al lado del pasillo.

Obama y su esposa Michelle dieron cordialmente la mano a Trump y a la primera dama cuando ambos llegaron y ocuparon sus asientos.

La excandidata demócrata Hillary Clinton estaba sentada más lejos, a la izquierda de su marido Bill, quien a su vez ocupaba el espacio al lado de Michelle Obama.

Ni la exsecretaria de Estado ni su esposo se giraron cuando Trump y su esposa tomaron sus asientos, y no hubo saludo entre las dos parejas.

El exgobernador de Florida Jeb Bush, Laura Bush y el expresidente George W. Bush (Reuters)

 

BUSH RECUERDA A SU PADRE ENTRE LÁGRIMAS

El expresidente de Estados Unidos George W. Bush (2001-2009) resaltó el carácter optimista y afable de su difunto padre, el también exmandatario George H.W. Bush (1989-1993), cuyo funeral tiene lugar hoy en la Catedral de Washington, y destacó que lo que más le gustaba era reirse, “sobre todo de sí mismo”.

Durante su elogio fúnebre, Bush hijo, como es conocido popularmente, recordó las últimas palabras de su progenitor: “El viernes pasado cuando me dijeron que le quedaban minutos de vida, le telefoneé y él mismo contestó la llamada. Le dije, ‘papá, te quiero’. Sus últimas palabras en este mundo fueron: ‘yo también los quiero”.

En un discurso marcado por la emoción, que a veces pareció que le llevaría al llanto, George W. Bush resaltó el carácter afable de su padre, e hizo referencia al servicio que prestó a la nación como presidente del país, un cargo que, afirmó, ejerció como “un caballero” y “con dignidad y honor”.

George W. Bush y su hermano Jeb Bush (Reuters)

“Me enseñó lo que significa ser un presidente”, afirmó.

George W. Bush reacciona durante el elogio de su padre (Reuters)

Ante la presencia de numerosos mandatarios y expresidentes, Bush hijo definió a su padre como un “patriota” que creía que el servicio público debía ser ejercido con “honestidad” y visto como una “necesidad”, una persona que quiso dejar un mundo mejor pero que supo sobrellevar sus limitaciones.

“En la victoria, compartía el mérito. Cuando perdía, cargaba con la culpa. Aceptaba que el fracaso es parte de una vida plena”, dijo Bush en un aparente guiño a la derrota sufrida por su padre en las elecciones de 1992, que le impidió ejercer un segundo mandato.

Bush también tuvo tiempo para bromear sobre los años que pasó su progenitor alejado de la primera línea política y consideró que había logrado alcanzar uno de sus objetivos: “Morir joven, tan tarde como sea posible”.

Entre las diversas anécdotas a las que hizo alusión, consiguió arrancar una sonrisa de los asistentes cuando narró la alegría que se llevó su padre cuando, ya con 90 años cumplidos, un amigo suyo logró “colar” una botella de vodka cuando fue a visitarle al hospital.

“Valoraba más el carácter que el pedigrí y buscaba el bien en los demás; y generalmente lo encontraba. Para nosotros, era el punto más brillante entre mil”, concluyó, parafraseando a su padre.

George W. Bush toca el ataúd de su padre (AP)

Después de las exequias en Washington, el féretro del expresidente, fallecido el pasado viernes a los 94 años, será trasladado a Texas para recibir el jueves un último adiós por parte de su familia.

Los restos de George H. W. Bush descansarán, finalmente, junto “al amor de su vida”, como definía siempre a su esposa Barbara Bush, en la Biblioteca Bush situada en la localidad de College Station (Texas).

Con información de EFE

HVI