CRIMEN Y SEGURIDAD

Niño encadenado en GAM queda bajo tutela de la PGJCDMX

Anthony, el niño a quien sus tíos mantenían en cautiverio en una casa de la Gustavo A. Madero, quedó bajo la tutela de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.

La mañana del viernes, el menor fue trasladado a otro hospital para atenderlo por un padecimiento del páncreas.

En Punto tuvo acceso a videos que muestran cómo convivían los habitantes de la casa donde fue rescatado Anthony.

Uno de los videos es de la fiesta de cumpleaños de una de las hijas de Juan Carlos Loaeza Aguilar y de su esposa Olivia Castro, tíos del pequeño Anthony.

Esa fiesta se llevó a cabo en el número 61 de la calle Cabo Catoche, en la colonia Gabriel Hernández; en esa casa, el martes pasado, agentes de la Policía Ministerial rescataron al menor encadenado, con golpes y desnutrición severa.

Vecinos que conocen a la familia, calificaron la convivencia como conflictiva, sobre todo durante las fiestas que realizaban.

Un vecino de la familia dijo que “estas personas son de Guerrero… se dedican al transporte de carga… Hacían fiestas, aventaban balazos, ahí donde viven, cerraban las calles.

En los videos se ve festejar a la familia Loaeza Aguilar. A Juan Carlos, tío de Anthony, se le ve en labores domésticas. A Olivia, la tía, se le observa departiendo en el cumpleaños. Ambos están detenidos acusados de privación ilegal de la libertad, con el fin de hacerle daño a su sobrino.

“Nunca pensamos que esta persona tenía un niño secuestrado”, comentó el vecino de la colonia Gabriel Hernández.

Otra de las vecinas sintió coraje por la situación de Anthony, “porque soy madre y el hacer eso con una criatura es algo horrible”.

En otros videos, se registró la vida cotidiana de las familias. Algunos niños aparecen en algunas tomas, pero ninguno es Anthony.

Los vecinos aseguraron que vieron a Anthony hace meses, cuando su tía todavía lo llevaba al jardín de niños “Juan Amos Comenio”, a unas cuadras de donde vivía.

“Yo la vi varias veces, pero nunca me imaginé que era así de cómplice tan bárbaro”, agregó una de las vecinas.

Hoy, la vivienda se encuentra deshabitada, solo hay un perro que vigila en la primera planta.

A pesar de que forma parte de una indagatoria, la Procuraduría capitalina no ha colocado sellos de clausura en la propiedad.

“No tienen entrañas, no tienen madre”, expresó una vecina.

 

Con información de Raymundo Pérez Arellano.

 

RMT