CRIMEN Y SEGURIDAD

Cártel de Sinaloa sembró terror para rescatar a Ovidio Guzmán, el hijo de ‘El Chapo’: Habitantes de Culiacán

Pistoleros del Cártel de Sinaloa retuvieron soldados y pipas con gasolina para presionar la liberación de Ovidio Guzmán

Poco a poco se empezó a saber más de lo que ocurrió el funesto jueves pasado en Culiacán, cuando miembros del Cártel de Sinaloa provocaron terror en la población para rescatar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, de manos del Ejército mexicano.

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En varios puntos, grupos de civiles armados atacaron posiciones donde el Ejercito era vulnerable.

Se bajaron varios soldados, los dejo ahí, se está retirando el helicóptero, dejó aproximadamente unos ocho soldados”, dijo Claudia, habitante de Culiacán.

Es la caseta de cobro número 10 “Puente Culiacán” en la comunidad de El Limón de los Ramos, a 24 kilómetros del centro de Culiacán. Conecta la ciudad de Guamúchil, al norte de Sinaloa, con la capital del estado.

El jueves 17 de octubre, Claudia se encontraba en las inmediaciones de este lugar cuando vio presencia de hombres armados corrió a refugiarse a la guarnición militar de este sitio.

Yo venía por aquí por entre los árboles escondiéndome, pero yo no sabía que ya estaban ahí. Cuando yo llegué a la esquina un soldado me jaló y me dijo que me escondiera”, apuntó Claudia, testigo de los hechos en Culiacán.

Un pequeño cuartel y al menos 15 soldados se encuentran de manera permanente junto a esta caseta de cobro.

Los delincuentes armados amenazaron a los militares.

Yo les preguntaba que qué hacía, no me podía quedar ahí porque ya nos habían disparado”, dijo Claudia.

¿Una ráfaga?

Sí, dispararon. Un soldado me dijo que nos teníamos que ir al monte porque estaban gritando ellos que, si no salían que iban a venir por nosotros, por ellos”, agregó Claudia, habitante de Culiacán.

Claudia y los soldados se escondieron en una ladera por más de dos horas. Hasta que los sicarios se retiraron y llegó apoyo del Ejército en helicóptero.

Al ratito que andábamos allá llego un helicóptero, pero ese helicóptero se paró en la parte donde está el carro aquel y estos se fueron por el monte yo creo porque yo me quedé sola ahí yo ya no supe nada de ellos”, detalló Claudia, habitante de Culiacán.

La toma de la caseta fue estratégica por parte de los grupos armados del Cártel de Sinaloa que llegaron desde Guamúchil a reforzar las acciones en Culiacán para exigir la liberación de Ovidio guzmán.

Este movimiento se replicó al sur de Culiacán, en la sindicatura de Costa Rica.

La persona que tomo el video viendo a los soldados saludando no les tomó a las pipas que estaban”, comentó, habitante y testigo de los hechos en Lucía.

Lucía se ocultó para salvar su vida cuando observó a hombres armados en los alrededores de la caseta de peaje.

 Yo me despedí de mis hijos, así de fácil. Les mandé mensaje porque hablar no se puede. Que los quería mucho, que, si me llegaba a pasar algo que se quedaran con mi madre, a mis hermanas les hablé también que se los encargaba mucho”, dijo Lucía.

En ese punto, los pistoleros del Cártel de Sinaloa retuvieron soldados y pipas con gasolina para presionar la liberación de Ovidio Guzmán hasta minutos después de las cinco de la tarde.

 “Los soldados actuaron perfectamente, porque usted sabe que con una bala ahí quedamos todos, explotan las pipas porque no era una sola, eran muchas”, recordó Lucía, habitante de Culiacán.

-¿Cuántas?

No sabría decirle porque estaba el colonón”, destacó Lucía.

-¿Eran dos, tres?

No, eran más, eran muchas pipas”, agregó.

La presión para las Fuerzas Armadas también se dio con las familias de los efectivos, cuando los pistoleros del Cártel rodearon la Unidad Habitacional Militar 21 de Marzo y dispararon.

Tras el asedio, la vigilancia en la unidad habitacional, así como en la ubicada en la colonia Guadalupe se reforzó con más personal militar.

Estaban los balazos ahí, no sabíamos por qué eran. Pensamos que eran los soldados, pero no, eran los otros yo pienso que estaban asustando a la gente porque no estaban matando gente, solamente tiraban para asustar”, dijo Rosa María, habitante de Culiacán.

Con información de Raymundo Pérez Arellano y Víctor Olvera.

LLH