POLíTICA

La historia del niño de 12 que huyó de los maras y pide ayuda a los mexicanos

En el camino de la caravana Migrante siguen surgiendo historias sobrecogedoras, como la del menor de 12 años de edad, Mario David Castellanos,  quien viaja solo huyendo de los maras. Desde el fin de semana está bajo resguardo del DIF.

– ¿Cuántos años tienes?

“12”, respondió Mario.

-¿Mario y tú con quien viajas?

“Solo”, reveló.

-¿Por qué?

“Por las maras, por mucho ladronismo, por todo”, dijo Mario.

– ¿Hasta dónde quieres llegar Mario?

“Primero esta caravana va para México primero, después para Estados Unidos”, afirmó.

Mario David Castellanos Murillo, de 12 años de edad, viajaba sin la compañía de un familiar, en la caravana de migrantes que salió de Honduras.

El 17 de octubre, al darse a conocer la noticia, los medios de comunicación en Honduras lo consideraron “un símbolo mundial del éxodo de centroamericanos a los Estados Unidos”.

Dos días después de haber obtenido fama mundial, fue detenido por la policía federal mexicana, cuando los migrantes rompieron las rejas e intentaron ingresar por el puente fronterizo en Ciudad Hidalgo.

“Me golpearon no sé cómo fui a caer, cuando desperté vi que ya era de noche, fue cuando amanecí, como en una cárcel amanecí, encarcelado”, recordó Mario.

Mario David fue ingresado a la estación migratoria de Tapachula y ahora permanece encerrado en un albergue para menores migrantes del DIF.

“Me dijeron que me iban a dar los papeles y todo, pero nada”, apuntó Mario.

-¿Papeles para qué?

“Para andar en México”, destacó.

-¿Cómo te sientes aquí?

“Triste, porque no sale nada uno, no mira nada. Que me deporten para volver otra vez”, señaló.

En Honduras, Mario David no tuvo la oportunidad de ir a la escuela. No sabe leer ni escribir.

“Mi papá ganaba muy poquito pisto y tenía que pagar multa solo por entrar a la escuela”, compartió Mario.

-¿Cuánto cobran?

“500 lempiras, no tenía ni para comer, ni para comer, cuatro años me pasó lo mismo, ya cuando iba a entrar a la escuela, mi papá no tenía pisto”.

Vendía chicles en las calles y en el centro de San Pedro Sula para sobrevivir.

¿Cuánto sacabas vendiendo chicles?

“Unos 200 pesos pero siempre lo volvía a meter”, dijo Mario.

-¿Muy dura tu vida? ¿Qué sufriste?

“Un montón de cosas”, reveló Mario.

¿Qué le pedirías a los mexicanos? Que me ayudaran.

Mario David no quiere regresar a su país por temor a que las maras lo asesinen por no haberse integrado a sus filas.

“Me querían meter”, señaló Mario.

-¿Qué hacen los maras allá?

“Sólo matar, asaltar, robar, solo eso”, indicó.

-¿Cuánto te ofrecían?

“Mil pesos a la semana”, aseguró.

Al igual que Mario David, una docena de menores de edad, hondureños no acompañados que viajaban en la caravana fueron detenidos por la Policía Migratoria mexicana.

“Me vine huyendo por lo mismo porque estamos amenazados contra mi familia, hay tantas amenazas, la mayoría de la gente se viene porque hay muchas amenazas de los mareros allá”, compartió Erick Padilla Madrid, otro migrante hondureño.

Se encuentran desesperados por no poder salir y ver que la caravana de migrantes cada día se aleja de ellos.

“Le decimos al gobernador, al presidente de aquí de México, que nos dé la paz, un seguro para estar aquí en México, que no nos detenga, no somos delincuentes, somos la esperanza”, apuntó Pedro Antonio Leyva García, migrante de Honduras.

Con información de Fátima Monterrosa y Marco Tinoco.

LLH