El hondureño Santos Leonidas Rosales viaja con la caravana migrante para conseguir una prótesis de mano en Estados Unidos y trabajar de lo que sea.
Para Santos Leonidas, Estados Unidos ya fue una realidad. El recorrido de este miércoles lo hizo hace 10 años, atravesó todo México hasta cruzar ilegalmente la frontera norte y durante 6 meses trabajó con la única mano que le queda.
Es complicado, pero ya estoy hecho: techo, armo techos, albañilería también con una mano. Por ejemplo, clavar los clavos con la lámina, las láminas con los pies, agarro los clavos”, describió el migrante Santos Leonidas Rosales.
Desde Corpus Christi, Texas, enviaba el sustento para su familia, pero tuvo que regresar a Honduras en los últimos días de vida de su madre.
Desde Corpus Christi, Texas, enviaba el sustento para su familia, pero tuvo que regresar a Honduras en los últimos días de vida de su madre. (EFE)
En eso cayó mi mami. Yo me vine, me decía: Hijo, yo me voy a morir y no te voy a volver a ver. Madre, le digo, yo me voy a ir para Honduras. Me pegó una desesperación tan fea y me vine y aquí estamos y volvemos de vuelta”, comentó Santos Leonidas Rosales.
Durante esta década la familia creció. Hoy es padre de 7 y se dirige nuevamente al norte a buscar trabajo.
De lo que sea. Yo por eso soy de hacha y machete, como se dice, de lo que sea. A lo que se venga, a lo que se venga”, insistió.
Reconoce que además Estados Unidos representa para él la oportunidad de tener por primera vez una prótesis.
Estando en Estados Unidos son bonitas las prótesis, yo he mirado las prótesis y son bonitas y me gustaría una prótesis también, más fácil hasta para andar en la moto y todo. Yo puedo andar en la moto y carro automático he andado también”, concluyó.
El camino migrante es de pérdidas y extravío: no sabe de su hermana María Aurelia Rosales Escoto desde hace año y medio.
Buscará encontrarse con ella en la Unión Americana.
Con información de Sarahí Méndez
KAH
