ECOLOGíA

Captura de ilegal de la totoaba divide a San Felipe, BC

La captura de totoaba en el Alto Golfo de California ha dividido a San Felipe, una comunidad de 20 mil habitantes de los cuales poco más de mil se dedican a la pesca legal y solo un pequeño grupo a la pesca ilegal del buche de totoaba.

Y la persecución de la Marina contra presuntos pescadores ilegales de totoaba, el 28 de marzo, dejó en evidencia la crisis de los pescadores en esa zona, que además perdieron el subsidio federal que recibían.

“Vivimos ilegalmente, pero porque no tenemos otra opción para mantener a nuestras familias”, comentó Ramón Franco, presidente de la Federación de Pescadores de San Felipe.

Por una buena pieza de buche de totoaba, un pez con supuestos beneficios afrodisíacos, el mercado negro paga entre siete y ocho mil dólares.

El resto del animal queda a la deriva para pudrirse en el mar y playas de esta comunidad que desde hace tiempo ya no vive de la pesca.

“Una cosa es lo que se paga en la playa en el mercado negro y otra cuando ya sea de manera legal y también puedes llegar y sacrificar el precio, tienes que sacarle un valor a lo que estás haciendo, especialmente al buche”, apuntó Juan Carlos Vivanco, director de operación de engorda de totoaba.

Los pescadores que dejaron de recibir el subsidio de ocho mil pesos mensuales siguen esperando a las autoridades para regularizarse.

“Tenemos que buscarle porque son cuatro meses que no nos dieron dinero”, indicó Martín Corral, pescador.

A una milla náutica de la costa se encuentra la plataforma acuario oceánico.

Ahí están las instalaciones del fallido rancho para la reproducción de la vaquita marina en altamar.

Organizaciones y profesores crearon en el sitio el proyecto de engorda de totoaba, para fomentar la comercialización de la carne de este pez, mitigar la pesca ilegal de la vaquita y con ello frenar la extinción del cetáceo

“Según nuestras corridas financieras este puede ser un negocio y ahorita ya iniciamos una prueba comercial. Sembramos en diciembre 15 mil juveniles de totoaba y pues ahí vamos. Vamos a tener animales que van a generar buches casi de 200 gramos de peso. Eso debe tener un buen mercado, no podemos exportarlo todavía porque la normatividad no lo permite”, comentó Juan Carlos Vivanco, director de operación de engorda de la totoaba.

Con el rápido crecimiento que han mostrado los ejemplares de la totoaba en la granja, crecen las esperanzas de lograr frenar la pesca ilegal y poner fin al conflicto que ha llevado a los pescadores de la comunidad a enfrentarse con la Marina.

“Aquí está la prueba más palpable, que si es factible. Estos llegaron en noviembre del 17 de 50 gramos ya ahorita están arriba de tres kilos. Una vez que esto crezca, se pretende darle trabajo a la gente de aquí, porque al parecer la problemática es que aquí no hay trabajo si no es en la pesca o en alguna gasolinera o x trabajito por ahí”, comentó Francisco Íñiguez, encargado del acuario de engorda de totoaba.

El desafío al final de año es lograr 20 mil totoabas.

“Le demostramos a la opinión pública e incluso a las industrias que quieran hacer algo comercial, que, sí puedes generar algo nuevo”, subrayó Juan Carlos Vivanco, director operación de engorda de totoaba.

El Centro de Estudios del Mar, Cetmar, graduará en julio a la primera generación de especialistas en la reproducción de peces para fomentar la reproducción de totoaba y evitar la extinción por daño colateral de la vaquita marina.

“El propósito de Cetmar es dar una alternativa al puerto con lo que es la acuacultura para que los chicos tengan otras opciones”, expuso Karen Ozuna, de Cetmar San Felipe, Baja California.

Con información de Joaquín Fuentes y Jorge Ulloa.

LLH