La reserva de la Biosfera de los Petenes, en el norte de Campeche, se ha convertido en un santuario para el cocodrilo moreletii, debido a los trabajos de preservación en la zona, lo que ha permitido sacar a este reptil de la lista de especies en peligro de extinción.
“Se han hecho tantos esfuerzos desde que estaba en veda y el control que tenemos reproductivo y de aprovechamiento en unidades de manejo de vida silvestre, determinan esta situación de que no sea una especie prioritaria para la conservación”, indicó Alberto Escamilla Ava, encargado de la Semarnat en Campeche.
El cocodrilo moreletii ocupa grandes extensiones del área natural protegida de los Petenes, que por ser un humedal costero, es el hábitat perfecto para su desarrollo.
“Son 100 mil hectáreas donde el cocodrilo puede distribuirse ampliamente. Tenemos un sitio muy identificado en donde estamos haciendo acciones de conservación de la anidación del cocodrilo, en un sitio conocido como el cuyo”, destacó César Romero, director de la Reserva de la Biosfera de los Petenes.
Conservacionistas y autoridades ambientales han logrado que el cocodrilo moreletti se reproduzca en cautiverio y se logre la repoblación de estos animales.
“Cada año se protegen alrededor de 10, 15 nidos de cocodrilo en una pequeña playa en donde encuentran las condiciones favorables para su reproducción”, externó César Romero, director de la Reserva de la Biosfera de los Petenes.
Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, cada nido de cocodrilo puede albergar entre 25 a 30 huevos, los cuales pueden ser recolectados directamente de su entorno natural.
“La Conabio tiene un sistema de monitoreo de muchos años que ha determinado, que se pueda ya autorizar la colecta de nidos en áreas naturales”, destacó Alberto Escamilla Nava, encargado de la Semarnat en Campeche.
El cocodrilo moreletii tiene una gran importancia ecológica ya que es el encargado de regular la población de especies, así como de dar vida a los cuerpos de agua en donde habitan.
Con información de Gerardo Sánchez.
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