En Oaxaca, en el Istmo de Tehuantepec, se ha incrementado recientemente de forma muy importante el consumo de drogas duras. La abundancia del cristal y sus bajos precios han atrapado a los jóvenes indígenas como nunca antes.
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El noventa, como lo conocen en su barrio, tiene 25 años. Un tercio de su vida ha consumido cristal. Es zapoteco y vive en Juchitán, Caxaca.
“Diario se droga, desde hace ocho años. La bolsita cuesta 50 pesos, pero depende de él si lo quiere consumir todo o un poquito”, dijo Noventa, consumidor de cristal.
Aunque estuvo preso algunos meses por robo, ello no le impidió dejar de consumir.
“Cuando salió de la cárcel se dedicó a vender lo de un señor, se lo daba a él y él lo distribuía”, dijo.
El tráfico y consumo de cristal en la región del Istmo de Tehuantepec, entre Oaxaca y Veracruz, se ha duplicado en los últimos dos años. La droga, altamente adictiva y económica, ha entrado en círculos de jóvenes indígenas en condiciones de pobreza.
“Existen puntos de venta y de consumo entre jóvenes donde la metanfetamina, el cristal. Es más fácil de adquirir que cualquier otra. De manera muy accesible se puede encontrar un incremento de venta de esta droga en Juchitán de Zaragoza”, refirió Arturo Peimbert, fiscal de Oaxaca.
Bajos precios de drogas, como el cristal, engancha a jóvenes indígenas de Juchitán, Oaxaca. FOTO Noticieros Televisa
La Fiscalía estatal analiza si el desarrollo económico en la región ha propiciado la llegada de grupos criminales que trafican esta droga en los municipios del Istmo. Tan solo en este año, ha habido 14 cateos en la zona, donde se ha asegurado cristal y detenido narcomenudistas.
“Ha habido un incremento de aproximadamente el 100 por ciento de delitos asociados a esta conducta delictiva por narcomenudeo”, enfatizó el fiscal de Oaxaca.
Azalia, quien busca dejar la adicción al cristal, debe viajar a Chiapas para tratarse en una clínica contra adiciones. En Oaxaca no existen centros de rehabilitación.
“Estaría bien que hubiera uno aquí para que no fuera necesario ir a otros lados porque regresas a tu estado, siempre vas a saber que aquí está la droga”, insistió Azalia.
“Eso es uno de los retos, que trabajen fiscalías, poderes judiciales, sector salud, seguridad pública en conjunto también con algunas organizaciones de asociaciones civiles que puedan trabajar esta restauración de este tejido social”, reiteró Miroslava Echeverría, jueza familiar de Juchitán.
El patronato Nadxie Xpine construirá un espacio para tratar adicciones en un terreno donado en Juchitán. Se busca que más organizaciones civiles también abran otros centros públicos en el istmo.
“Pensamos que aquí se establezca una estancia temporal, donde los chicos sean atendidos”, insistió Esperanza López Esteva, presidenta del patronato Nadxie’ Xpine.
“Espero poder cambiar, porque las esperanzas nunca mueren”, concluyó Azalia Sánchez, consumidora de cristal.
Con información de Víctor Olvera y Jorge Ulloa
KAH
