CRIMEN Y SEGURIDAD

Autoridades desconocen aún los motivos del encierro de 13 hermanos en California

“Quedé muy decepcionada y triste porque jamás pensamos que pasara algo en esta colonia. Es una colonia muy bonita y la gente es amigable”, señaló Ilda Martínez, vecina de la comunidad de Perris, en Riverside, Estados Unidos.

Los residentes de la comunidad de Perris en Riverside no salen del asombro y la indignación tras conocerse la noticia sobre David y Louise Turpin, que mantenían encadenados y en condiciones insalubres a sus 13 hijos.

Hasta ahora se sabe que la pareja originaria de Virginia era particularmente religiosa, que se consideraban destinados a tener una familia numerosa, que antes de llegar a California vivieron en Texas y en su vivienda actual de un nivel, siempre había tres autos compactos y una camioneta.

En 2011, David Turpin obtuvo una licencia para abrir una escuela privada en su casa, pero los únicos inscritos ahí fueron seis de sus 13 hijos que estaban en edad escolar, por lo que las autoridades creen que la intención de Turpin era educar a sus hijos a puerta cerrada y no tienen información acerca de lo que ocurría al interior de la casa.

“Quisiera poder llegar hoy ante ustedes con información que explicara por qué sucedió esto, pero necesito reconocer el valor de la niña que se escapó de esa vivienda para llamar la atención para que pudieran contar con la ayuda que tanto necesitaban”, señaló Greg Fellows, capitán del condado de Riverside.

Hasta el domingo no había indicios de que alguna autoridad hubiera registrado la casa. Los servicios de protección infantil nunca recibieron reportes de abuso y el Departamento de Educación del Estado señaló que había registrado la escuela, pero nunca había estado dentro de ella.

Sin embargo, para algunos vecinos era llamativa la forma en que los padres mantenían en perfecto control a sus hijos al punto de no dejarlos salir a jugar o a socializar con los demás jóvenes de la comunidad.

“Eran de esa gente de la que realmente nunca llegas a saber nada. Eran muy reservados y, de cierto modo, cerrados. Eran muy reservados”, explicó la vecina Kimberly Milligan.

Tampoco se sabe de dónde provenían los ingresos actuales de la familia ya que David había trabajado como ingeniero en la compañía aeroespacial Lockheed Martin con un sueldo estimado de 140 mil dólares anuales, sin embargo, se declaró en bancarrota en diferentes ocasiones con deudas que iban de los 100 mil a los 500 mil dólares.

Mientras las autoridades buscan aclarar los motivos que llevaron a David y Louise Turpin a encadenar a sus hijos, los 13 hermanos se recuperan física y emocionalmente de este episodio que difícilmente olvidarán.

“A estas alturas, creo que están estables y a salvo y queremos respetar su privacidad. Han pasado por una experiencia muy traumática. Les puedo decir que son muy amigables, son muy cooperativos y creo que tienen esperanzas de que la vida les mejore después de este suceso”, dijo Mark Uffer director del Centro Médico Regional de Corona.

 

Con información de Emmanuel Rosalez

AAE