Autoridades estatales de Colima impulsaron escuelas para que niños migrantes puedan continuar sus estudios básicos mientras sus padres trabajan en el corte de la caña o en el cultivo de arándano.
Cientos de jornaleros principalmente de Oaxaca y Guerrero llegaron junto con sus familias a Colima para trabajar en los campos de cultivo.
María Concepción García Ruvalcaba, coordinadora del programa, comentó que les dan atención a los niños migrantes porque se quedan solos en casa o el niño que debe cursar la primaria no va porque tiene que cuidar a sus hermanos menores o trabajan.
Cuatrocientos ochenta y ocho menores, entre los 3 y 12 años, cursan la educación básica durante este año.
El reto para el maestro es enseñar a leer y a escribir a los niños, antes de que concluya la zafra, en un aula donde conviven alumnos de cuarto, quinto y sexto grado.
Autoridades y estudiantes visitan plantación en Colima (Twitter @Elijahector)
Francisca Velasco, maestra de primaria, dijo que en el aula cuentan con libertas y lápices, que enseñan a los niños a cuidar para que otro menor los pueda usar. La instructora indicó que los niños llegan solos a la escuela porque la madre no los puede llevar, además que tienen que despertarse por iniciativa propia.
Las familias de jornaleros temporales viven con un ingreso de 170 pesos diarios.
Julieta Álvarez, madre jornalera, comentó que gana 1,200 pesos a la semana, que utiliza para comprar víveres o para comprar ropa y otros utensilios.
El 70 por ciento de los niños migrantes que concluye su educación básica continúa sus estudios, de acuerdo a las autoridades.
En Colima existen 15 espacios educativos dedicados para niños migrantes, entre aulas móviles, ludotecas y escuelas.
Con información de Bertha Reynoso.
BLR
