POLíTICA

Aung San Suu Kyi es acusada de recibir pagos ilegales

Esta nueva acusación podría suponer una condena de varios años de cárcel para la exlíder birmana

La junta militar de Myanmar acusó este jueves a la líder del Gobierno depuesta, Aung San Suu Kyi, de haber recibido pagos ilegales de 600 mil dólares y cantidades de oro, un nuevo cargo contra la exmandataria que se encuentra bajo arresto desde el golpe de Estado.

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Así lo explicó en conferencia de prensa un portavoz de la junta, Zaw Min Tun, quien precisó que la nobel de la paz habría recibido el dinero y el oro durante su mandato de manos de Phyo Min Thein, jefe de la región de Rangún, la ciudad más grande del país, informó el portal DVB.

“El antiguo jefe de Rangún Phyo Min Thein ha afirmado que entre diciembre de 2017 y marzo de 2018, él entregó personalmente 600,000 dólares en efectivo y oro”, precisó el portavoz militar.

Desde que fue detenida, Suu Kyi, de 75 años, ha sido acusada de diversos cargos y mantenida prácticamente incomunicada.

La primera acusación, el 3 de febrero, fue de haber importado supuestamente de manera ilegal un dispositivo telefónico, y 14 días más tarde le presentaron cargos por vulnerar presuntamente las normas referentes a la covid-19.

El pasado 1 de marzo, un tribunal la acusó de vulnerar el artículo 505(b) del Código Penal, que castiga la publicación de mensajes que inciten “miedo o alarma” o que alguna persona cometa algún crimen contra el Estado, así como de violar la Ley de Telecomunicaciones.

Los cargos pueden suponer una condena de varios años de cárcel para Suu Kyi, antigua consejera de Estado y exministra de Exteriores.

La brutal respuesta de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que protestan contra el golpe militar del pasado 1 de febrero dejó hoy al menos 10 muertos, después de que el Consejo de Seguridad de la ONU pidiera el cese de la violencia y la liberación de Suu Kyi.

Más de 70 personas han muerto en la represión de las manifestaciones pacíficas contra el golpe y al menos 1,689; incluidos políticos, estudiantes y monjes, se encuentran detenidas desde el levantamiento militar.

A pesar de la condena unánime de la comunidad internacional a la violencia y los presos políticos, la junta militar liderada por Min Aung Hlaing continúa con la represión en Birmania, donde ya gobernó con puño de hierro entre 1962 y 2011.

Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.

Con información de EFE

DMGS