POLíTICA

Aumenta migración hormiga de centroamericanos indocumentados en Tabasco

Esta nueva ola de migrantes está compuesta de menores no acompañados, agricultores que perdieron sus casas y cosechas por el huracán Eta, así como afectados por el COVID-19

En la frontera sur, en Tabasco, pequeños grupos de indocumentados han ingresado al país en las últimas semanas, ya no van en caravana de migrantes, viajan en pequeños grupos.

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Desde hace más de una semana, un pequeño grupo de migrantes salió del departamento de Copán en Honduras, cruzó Guatemala y tras caminar 50 kilómetros por la carretera fronteriza El Ceibo, llegó al albergue de migrantes la 72, en Tenosique, Tabasco, en busca de hacer camino hacia la frontera norte del país.

“Ahorita venimos llegando. Tenemos gran frío, nos mojamos en el camino”, dijo un migrante hondureño.

Esta nueva ola hormiga de migrantes está compuesta de menores no acompañados, agricultores que perdieron sus casas y cosechas de maíz y frijol por el huracán Eta, así como afectados por la pandemia del COVID-19.

Aumenta migración hormiga de centroamericanos indocumentados en Tabasco. FOTO Cuartoscuro

La casa de migrantes en Tenosique reporta que en enero se alojaron más de 3 mil migrantes y en el transcurso de febrero han registrado unos 2 mil, es decir un promedio de cien personas diarias.

“Este es un espacio para que puedan descansar, pasar la noche, libre de los peligros de afuera del albergue. En las noches se abre este espacio que es una capilla, que es un recinto para que las personas que estén afuera tomen una colchoneta, se les da una cobija, se les proporciona una cena”, explicó Gabriel Romero Alamilla, director de la 72, hogar Refugio de Migrantes Tenosique, Tabasco.

Durante el día, decenas de hombres, mujeres y niños esperan ingresar, como Henry Figueroa, quien trabajaba en una empresa constructora y ganaba cien dólares a la semana, en San Pedro Sula.

“Migré porque mi madre y mi hermana se murieron de COVID. A mí también me pegó, gastamos un millón de lempiras para salvarlas, y se murieron. Quedamos en ceros, en deudas, en deudas y pagando todos los gastos. Tengo que darle para adelante para ayudar a mi familia, porque cuando mi hermana ya estaba en las últimas, yo le prometí que iba a velar por los hijos de ella”, refirió Henry.

Cuenta que no tenía pensado dejar su casa ni a su mujer ni a su hijo, que nació hace dos meses.

“Tuve que dejarlo con un dolor en el alma, también a mi esposa. Ahorita, también ella me está marcando, que no tienen dinero para comer”, agregó Henry.

En un área especial del albergue, permanecen otras 150 personas que solicitaron refugio a la Comar, son grupos de familias y niños con salud vulnerable.

“Pueden ver ustedes cómo hay muchos niños, muchas personas, este niño es un chico especial que vino con autismo, ciego”, insistió Gabriel Romero Alamilla, director la 72, hogar refugio migrantes, Tenosique, Tabasco.

Hace 16 años, Marcos Alexander nació con una discapacidad única en el mundo. La familia lleva 20 días esperando razones sobre su situación migratoria, su madre, quien trabajaba en una maquiladora en San Pedro Sula, dice, que lo que ganaba, apenas alcazaba para sobrevivir con sus otros dos hijos, menores de edad. En Honduras, el joven nunca recibió atención médica.

“Me tuve que exponer a venirme a este camino tan peligroso con él, que él es un niño especial, él no mira, él tiene autismo severo, él no habla, sólo escucha y nos tocó traer al niño cargando por ese camino. Yo quiero irme a Estados Unidos para que mis hijos tengan una vida estable, que mejore el niño más que todo”, agregó Aracely Reyes, migrante de Honduras.

 

Con información de Fátima Monterrosa y Jorge Ulloa

KAH