“Lo único que hicimos fue pedirle a Dios que nos ayudara, pero cuando vimos que ya era muy fuerte intentamos salir, no pudimos porque empezamos a ver que todo tronaba y estaba a punto de colapsarse”, relató Marlene Gallegos, damnificada de Juchitán, Oaxaca.
“Cuando salí vi un polverío y cuando lo vi dije ‘No puede ser, es la casa de mis papás’ “, narró Adela Carrasco, hija de damnificada en Juchitán.
Marlene y su esposo lograron resguardarse en el único cuarto que resistió el sismo.
A unas cuadras de ahí, Enrique fue testigo de cómo la casa de su madre quedó inhabitable.
“Nos dicen que el epicentro es en Chiapas, en Pijijiapan, pero parece que hubiera sido acá , pensaba mantener la casa como un recuerdo de la familia, pero va a tener que ser demolida completamente, es algo muy triste”, dijo Enrique Sánchez López, damnificado.
Para Marvidely la angustia se prolongó más de nueve horas. Sus tres hijas estaban solas al momento del sismo, pero quedaron a salvo hasta que lograron refugiarse con vecinos.
“Cuando llegué a la casa todo estaba espantoso, ellas tienen golpes, están moreteadas, se rasparon porque se empezó a caer todo y como se fue la luz se quedaron a oscuras”, recordó Marvidely Lozano, damnificada de Juchitán, Oaxaca.
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Con información de Arturo Cerda
LHE
