Así fueron recibidos los primeros 969 migrantes de la caravana de centroamericanos en Chiapas, en la frontera de México con Guatemala.
“Por favor sean felices, Dios los bendice, bienvenidos”, dijo un agente del Grupo Beta a los migrantes.
Ahora no hubo empujones, golpes, lesionados ni policías federales con equipo antimotín, como en octubre pasado cuando otra caravana trató de irrumpir de manera violenta a territorio nacional a través del Puente Rodolfo Robles.
“Nosotros nos pusimos de acuerdo, todos los migrantes hondureños, no cometer los mismos errores que cometieron nuestros compatriotas en octubre, nosotros en cada casa del migrante tratamos de dejar buena imagen, limpieza y todo hermano”, indicó Nelson Alejandro Murillo, migrante hondureño.
Ahora las autoridades migratorias mexicanas desplazaron más personal para atención de las solicitudes de visa humanitaria de los migrantes y autorizaron que jóvenes estudiantes de la localidad orienten y apoyen en los trámites a los centroamericanos.
“Trasladar una mayor fuerza de apoyo de servidores públicos para atender de una forma más pronta y expedita a dicho procedimiento. Es otorgar una pulsera que nos da un folio, a todas las personas que vienen en la caravana, con eso tenemos un control. Una vez que ya se registró su expediente tendrán que esperar cinco días máximo para obtener su tarjeta”, comentó Ana Laura Martínez de Lara, directora general de Control y Verificación Migratoria del Instituto Nacional de Migración.
En pocos minutos los migrantes llenan una solicitud donde se registra su nombre, edad, nacionalidad y una breve explicación de su situación.
Luego se toman fotografías, se les hace una entrevista y el trámite queda listo, en espera de una respuesta del Instituto Nacional de Migración.
“La idea es, insisto, que se dé una atención ordenada, que ellos pueden ingresar al país de una forma regular, y ante todo buscar que actuemos por proteger sus derechos humanos”, apuntó Ana Laura Martínez de Lara.
“La verdad yo pensé, va a ser masivo como miré la vez pasada, pero estoy sorprendido, mira, ya estamos en suelo mexicano y todo ha sido muy fácil. Me dicen que, a través de este brazalete, las cosas se van a hacer más fáciles”, destacó Darwin Linares, migrante hondureño de San Pedro Sula.
Él es Darwin Linares, es licenciado en Contaduría en Honduras, pero ante la falta de trabajo tuvo que trabajar de taxista, empleo en el que fue extorsionado por delincuentes de su país.
“Mi sueño es darle un futuro a mi familia, a mis pequeñas ya que en mi país no lo pude lograr nunca y muy agradecido con Dios porque hemos llegado acá”, dijo un migrante hondureño de San Pedro Sula.
Pero no todos quieren llegar a Estados Unidos.
“Yo no quiero ir a los Estados Unidos, no quiero, Trump no quiere a los inmigrantes y no podemos ir a arriesgar nuestra vida ahí, a mí me gusta México”, afirmó Sandro Hernández Pérez, migrante hondureño.
“La ilusión no es Estados Unidos, es México”, aseguró Nelson Alejandro Murillo, un migrante hondureño.
De los 969 migrantes que se registraron este jueves, 739 son hombres y 230 mujeres.
De los 969, 155 son salvadoreños, 39 guatemaltecos, 766 hondureños y nueve nicaragüenses.
De todos ellos, 145 son menores de edad.
Con información de Francisco Santa Anna.
LLH
