En México hay un estado que contrasta con el resto: Campeche, que desde hace un par de semanas se encuentra en semáforo verde, y las actividades económicas basadas en el turismo comienzan a estabilizarse.
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En el taller de Antonio se escucha nuevamente el sonido de la segueta, desde hace más de 30 años, elabora artesanías de madera en la comunidad indígena maya de Pomuch, en el municipio de Hecelchakán a unos 30 minutos de Campeche, la pandemia lo obligó a cerrar el 21 de marzo, desde ese día y durante 8 meses, como pudo, sacó adelante a su familia.
“Mi yerno nos estuvo apoyando, con eso más lo que trabaja mi hija que es el punto de cruz y yo con la madera y ya mi yerno es aluminiero, y él nos estuvo apoyando todo este tiempo que estuvimos escondidos”, comentó el artesano Antonio Pech Tec.
“Lo que se vende es algo muy importante, es bueno, de eso a no vender nada a estar en nuestras casas encerrados pues es peor eso”, agregó.
Desde el pasado 28 de septiembre Campeche se encuentra en semáforo verde, esto permitió que Antonio y otras 70 familias de artesanos de Pomuch reactivaran su economía.
“Aunque sea 100 pesos es mejor a nada, no te vas a enriquecer, pero cuando menos vas a sacar para comer”, finalizó Antonio.
Cristian Chuc es otro artesano textil de la comunidad maya de Dzibalchén y, como Antonio, comienza a recuperarse.
“La pandemia a todos nos afectó parejo”, aseguró Cristian Chuc Sánchez, artesano.
De las artesanías viven en Campeche, más de 15 mil familias que ahora impulsan sus ventas a través de ferias y bazares abiertas al público donde ofrecen alfarería, hamacas, huipiles bordados y sombreros de jipi y guano.
“Estamos trabajando, ganando algo económico para el sustento de la familia”, finalizó la artesana Zoraida Pasos.
Con información de Gerardo Sánchez
DMGS
