CONFLICTOS ARMADOS

Armenia acusa a Turquía de derribar uno de sus aviones en medio de combates con Azerbaiyán

Armenia afirmó que un cazabombardero turco derribó uno de sus aviones militares; Turquía niega las acusaciones

Armenia afirmó, el martes 29 de septiembre, que un cazabombardero turco derribó uno de sus aviones militares, lo que fue inmediatamente desmentido por Turquía y Azerbaiyán, en el tercer día de intensos combates en la región separatista de Nagorno Karabaj.

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Desde el domingo, las fuerzas de este enclave separatista, apoyadas política, militar y económicamente por Armenia, y las de Azerbaiyán, que recibe el respaldo de Ankara, se enfrentan en los combates más mortíferos desde 2016.

Una intervención militar directa de Turquía supondría un importante giro, tras unos enfrentamientos que han causado cerca de cien muertos y que continúan pese a los llamados a la calma de la comunidad internacional.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia el martes por la noche para tratar de evitar una guerra abierta entre Armenia y Azerbaiyán, que podría desestabilizar la región del Cáucaso Sur e implicar a Rusia y Turquía, las potencias regionales.

Armenia declaró el martes que había perdido un avión de combate SU-25 y su piloto, derribados por un F-16 turco.

“El aparato turco despegó de un aeropuerto en la ciudad azerbaiyana de Ganja y apoyaba a la aviación y los drones azerbaiyanos que bombardeaban pueblos civiles en Vardenis, Mets Masrik y Sotk en Armenia”, precisó un portavoz del ejército armenio.

Por su parte, el director de comunicación de la presidencia turca, Fahrettin Altun, calificó esta acusación de “completamente falsa” y exhortó a Ereván a retirarse de los “territorios ocupados”.

“Esta información es una mentira más de la propaganda armenia”, abundó el portavoz del ministerio de Defensa azerbaiyano, Vagif Dyargahly.

Tras tres días de combates en Nagorno Karabaj, el Kremlin pidió el martes a Turquía que se abstenga de “echar más leña al fuego” y que trabaje por la paz en la región.

La víspera, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan había prometido que Ankara permanecería “al lado” de Bakú “por todos los medios”.

Vladimir Putin conversó por teléfono el martes con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, a petición de este último, y señaló “la necesidad urgente de un alto el fuego” y de “apaciguar la crisis”.

El balance oficial se elevaba a 97 muertos el martes, a saber 80 soldados separatistas y 17 civiles: 12 en Azerbaiyán y cinco en lado armenio. Pero ambos bandos afirman que han matado a cientos de militares enemigos.

“Hay una guerra, hay mucha destrucción, víctimas, un gran número de militares están implicados. Percibimos esto como una amenaza existencial para nuestro pueblo”, declaró Niko Pashinyan en una entrevista con la cadena de televisión rusa Rossiya 1.

“No hay una sola prueba de una participación de Turquía en el conflicto”, insistió por su parte el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev, que afirmó que Ankara aportaba únicamente “un apoyo moral” a Bakú.
Azerbaiyán “restablecerá su integridad territorial”, había afirmado horas antes.

El ministro de Defensa de Armenia dijo el martes que los separatistas habían destruido 49 drones, seis helicópteros, 80 tanques, un avión militar y 82 vehículos militares azerbaiyanos desde el domingo.

Las autoridades de Nagorno Karabaj aseguran que han recuperado las posiciones perdidas el día anterior, lo que Azerbaiyán niega, afirmando que hicieron nuevos progresos y destruyeron “una columna motorizada armenia”.

Con información de AFP

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