Arly tenía 13 años cuando sufrió una terrible caída al practicar ciclismo de montaña en Chiluca, Estado de México. El parte médico que recibió fue desgarrador ya que presentó dos vértebras rotas, lesión medular irreversible y espalda comprimida.
Quedó inmóvil de la cadera para abajo y según los médicos iba a pasar el resto de sus días postrado en una cama.
Arly logró ser campeón nacional juvenil en la Categoría de Downhill.
Desde pequeño, Arly se hizo aficionado a los deportes, tal vez, por eso lejos de hundirse escaló sus propios miedos.
Después de la larga recuperación por la que transitó probó casi todos los deportes adaptados, basquetbol, natación, tenis de mesa, lanzamientos, pista, pesas, entre otros, hasta que encontró lo que lo hizo volver a vivir plenamente, el monoski alpino.
Además, Arly es profesional en handcycle, bicicleta de mano y desde el 2009 es campeón nacional. Su paso del ciclismo de montaña a los deportes invernales se desarrolló durante los tres años posteriores a su operación.
Desde los 20 años ha sostenido su carrera de esquiador alpino y ha participado en los Juegos Olímpicos de Vancouver en 2010 y Souchi en 2014, en donde alcanzó el undécimo lugar en la prueba de Slalom Gigante, la mejor clasificación de un deportista latinoamericano en la competencia.
En marzo pasado, Arly fue el único mexicano que compitió en los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang participando en tres pruebas, Downhill, Supergigante y Slalom Gigante.
Arly es un hombre de 30 años cuya sonrisa e ingenio siempre lo acompañan y al que le gusta ponerse el sombrero de charro al acabar las competiciones en las que participa.
Con información de Karina Cuevas
LSH
