Se estima que aproximadamente el 70% de la población, a nivel mundial, sufre de intolerancia a la lactosa, indicó Perla León, nutrióloga del IPN.
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“Yo tomaba leche y sentía como dolor abdominal, sentía como náuseas, sentía mi estomago muy inflamado, sientes así como se dice la expresión que te gruñen las tripas”, dijo Rosy Moreno, testimonio.
Fue en su etapa universitaria cuando Rosy comenzó con problemas digestivos que primero pensó que eran por estrés y mal pasadas escolares, pero después supo que eran por intolerancia a la lactosa.
“A veces cuando te pasa eso optas por ya no tomarla o por lo menos más frecuente, y la verdad es que a mí me gustaba mucho porque te la comes con cereal, te la comes en licuados”, aseguró Rosy Moreno.
Este problema que se caracteriza por la incapacidad de digerir, sin molestias, cantidades normales de lactosa.
“A partir de los 2 años de edad es cuando empieza a disminuir la producción de la enzima que se llama lactasa que es la encargada de digerir la lactosa. Se estima que aproximadamente el 70% de la población, a nivel mundial, sufre de intolerancia a la lactosa”, explicó Perla León, nutrióloga IPN.
Los síntomas se presentan frecuentemente de 30 minutos a 2 horas después de comer o beber productos lácteos, y a menudo se alivian disminuyendo la porción, consumiendo otros productos que contengan menor cantidad de lactosa como el queso, yogurt o mantequilla; o incluso sustituyéndola por otros alimentos que contengan los nutrientes necesarios.
“No necesitamos la leche como un alimento fundamental, tenemos alimentos con muy alto contenido de calcio como puede ser la tortilla de maíz, también encontramos calcio en frijoles o verdura de hoja verde oscura, como las espinacas, el brócoli, los quelites, las acelgas, la vitamina D que también la podemos obtener de otros alimentos como puede ser el pescado”, explicó Perla León.
“Hasta los 11 meses de edad todavía podríamos llegar a necesitar los 170 miligramos de calcio, cuando ya somos adolescentes, si quitamos la leche, la proteína la recibimos del huevo, de las carnes, de algunos vegetales, de las leguminosas, por ejemplo, en las leguminosas, de 100 gramos de leguminosas, podemos llegar a tener 120 gramos de calcio, o miligramos de calcio perdón, en el caso de espinacas y brócoli 80 gramos de ellas podrían proporcionarnos 120 miligramos de calcio”, dijo Guillermo Montaudón, nutriólogo especialista en síndrome metabólico.
Dejar de tomar leche puede provocar un desequilibrio alimentario, pero a su vez, quienes insisten en tomar leche en exceso, pueden tener problemas de salud con consecuencias mayores.
“El más común va a ser inflamación abdominal, también irritación del intestino en algunos casos llega a ver vómito demasiada irritación puede llegar a tener sangrado de tubo digestivo, gases e inflamación, flatulencias, diarreas constantes, como vamos a tener el intestino irritado, la absorción de estos nutrientes no se va a dar de manera adecuada entonces vamos a llegar a tener otras deficiencias”, dijo Guillermo Montaudón, nutriólogo especialista en síndrome metabólico.
Al sentirse descompensada, Rosy decidió ir con la nutrióloga quien la orientó para tener una alimentación balanceada.
“Yo sí sentía que tenía como un déficit, creemos que ‘ah bueno, dejo de tomar leche y ya’, pero la verdad es que tienes que tener digamos un sustituto, yo sigo tomando leche al día de hoy pero lo importante es saber en qué porción y qué cantidad, yo antes me tomaba a lo mejor medio litro de leche, ahorita 250 mililitros”, concluyó Rosy.
Con información de Farah Reachi
HAVJ
