En Sonora, brigadistas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) se encuentra en alerta ante el incremento de incendios forestales.
Este martes fueron sofocados dos incendios en los municipios de Nácori Chico y Nogales, que dañaron cientos de hectáreas de vegetación.
“Dos incendios, uno fue en el municipio de Nácori Chico, lo que es el ejido mesa de Tres Ríos y ese incendio estuvo en los límites entre Chihuahua y Sonora. Ese de Nogales fue en el área fronteriza, fue al oeste de Nogales, de la ciudad de Nogales, se contaron con 300 hectáreas, se atendió con brigadas de Imuris”, indicó Fausto Martínez Shields, gerente de Conafor Sonora.
Son 180 brigadistas los que se encuentran listos en todo el estado para enfrentar los incendios en los próximos seis meses.
“Las temperaturas ya están arriba de 40 grados, los pastos pues ya están secos, la humedad relativa ya es baja, las condiciones están perfectas para que cualquier chispa cualquier quema y viento obviamente, se salga de control”, señaló Fausto Martinez Shields, gerente de Conafor Sonora.
Cuatro municipios de la zona serrana de Sonora, concentran el mayor número de incendios, Alamos, Yécora, Nogales y Nacozari.
“El 2017 fue un año muy difícil, un récord histórico para el estado de Sonora, lo que es en incendios fueron 104 mil casi, 105 mil hectáreas con 76 incendios y ahorita en lo que va del año llevamos 17 incendios con 9 mil 600 hectáreas”, destacó Fausto Martínez Shields, gerente de Conafor.
Las autoridades recomiendan a la población no encender fogatas cerca de pastizales secos, no arrojar colillas de cigarros a orillas de la carretera y en caso de detectar un incendio forestal, reportarlo de inmediato a las autoridades.
Temporada de incendios forestales y su impacto
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señala que son más propensas las zonas donde sequía, vientos y altas temperaturas se conjuntan.
En las zonas centro, norte, noreste, sur y sureste del país, cuando apenas despunta el año, inicia la temporada de incendios forestales que se prolonga durante los seis primeros meses, y en el noroeste del territorio nacional comienza en mayo y termina en septiembre.
Un incendio de este tipo arrasa con grandes volúmenes de madera y daña la economía de los propietarios, aniquila el hábitat de la fauna silvestre, propicia la erosión del suelo y en consecuencia su pérdida, contamina el aire y contribuye al cambio climático al ser eliminadas las plantas que generan oxígeno, afecta el paisaje y altera el régimen hidrológico, además de incrementar el efecto invernadero por la emisión de carbono y otros elementos nocivos.
Son más propensas las zonas donde sequía, vientos y altas temperaturas se conjuntan, porque a mayor sequía mayor riesgo. La velocidad de los vientos, su contenido de humedad y su dirección son factores clave en estas conflagraciones.
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Con información de Erika Palma y Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
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