En Tijuana, los 17 albergues para migrantes están a su máxima capacidad.
“Uno llega con aquello de que nos brinden una protección una ayuda para mejor bienestar de nuestros hijos y nos cerraron las puertas. Es una excusa para que el emigrante ya no esté emigrando para los Estados Unidos”, aseguró Juan Carlos Perla, migrante salvadoreño.
Juan Carlos Perla, de El Salvador, lleva dos meses y medio junto a su esposa y sus tres hijos en Tijuana, en espera de que Estados Unidos le brinde una visa humanitaria. Llegó el 26 de enero y ya realizó los trámites necesarios para que las autoridades de Estados Unidos analicen su caso.
“Entramos por numero por aquí en El Chaparral, nos tuvieron en la hielera tres días y nos dijeron que teníamos que pelear un caso desde aquí de México”, apuntó Juan Carlos Perla.
Hace 40 días que Juan Carlos y su familia regresaron al albergue Juventud 2000, en Tijuana, Baja California.
Ellos, al igual que cientos de centroamericanos que solicitaron una visa humanitaria a Estados Unidos, fueron retornados a México a esperar cita con un juez de migración.
“Actualmente los están regresando con esta nueva administración de nuestro país, con el convenio que tienen con Estados Unidos. Eso nos está trayendo a que los albergues sigan llenos”, comentó José María García Lara, coordinador de Alianza Migrante de Tijuana.
Las autoridades estiman que hay mil 200 migrantes en los albergues de la ciudad. Uno de ellos está en el Cañón del Alacrán, una zona marginada del noreste de la ciudad.
Ahí, desde hace varios años, la iglesia Embajadores de Jesús se transformó en el albergue más grande de Baja California. Primero albergó haitianos y ahora también migrantes de otras nacionalidades.
“Hay en este momento 250 personas, anteriormente nada más había haitianos, ahora hay haitianos, venezolanos, chilenos, guatemaltecos, hondureños, nicaragüenses, salvadoreños y muchos mexicanos desplazados que están llegando en este momento. Los albergues están llenísimos en este momento, no cabe nadie más en este momento”, apuntó Gustavo Banda, pastor de la iglesia Embajadores de Jesús.
En la garita de El Chaparral por las mañanas se ve a migrantes extranjeros formados para solicitar asilo humanitario en Estados Unidos.
“Lo que nos está llamando la atención es que están llegando africanos, de Burkina Faso, de Angola algunos”, comentó Claudia Portela, del Desayunador Saleciano Padre Chava, en Tijuana.
Quienes buscan una visa humanitaria están tardando en promedio dos meses varados en Tijuana.
Aun no hay números de cuantos migrantes han logrado obtener esta visa.
Juan Carlos, a pesar de que ya tiene cita para presentarse a un juez de Migración en Estados Unidos, decidió no acudir y buscar un mejor futuro en México.
“Como veo que todo eso es pura mentira, he decidido quedarme aquí en México a trabajar, a echarle ganas a vivir por mis hijos”, señaló Juan Carlos Perla, migrante salvadoreño.
Con información de Raymundo Pérez Arellano y Fernando Guillén.
LLH
