“Les voy a entregar a todos un gafete, que les pido lo vayan portado de una vez, de aquí hasta que lleguemos a Atlanta, sobre todo es importante por el paso fronterizo”, les explicó Octavio Nava de la Federación Zacatecanos Atlanta.
El camión partió rumbo a Nuevo Laredo, Tamaulipas; los pasajeros rezaron para no sufrir ningún percance en el camino.
Dos horas después hicieron la primera parada en Sierra Vieja, Zacatecas; ahí aparecieron las primeras molestias.
“Me duelen mucho mis rodillas, no me podía bajar del camión”, dijo Moisés Muñoz Pérez, padre de migrante en Estados Unidos.
Al camión empezó a fallarle el aire acondicionado.
Luego de recorrer 670 kilómetros llegaron a la frontera.
“Vamos a bajar todas nuestras pertenencias, ya que estemos en El Paso, vamos a tener a la mano nuestro pasaporte y nuestra visa”, les indicó Octavio Nava de la Federación Zacatecanos Atlanta.
Pasaron el cruce fronterizo sin problema y continuaron el viaje por territorio texano.
A las 11 de la noche, cuando el camión transitaba por la comunidad de Jarrell, doña María Mireles sufrió un desmayo.
A las tres de la mañana del domingo 20 de agosto llegaron a Dallas, ahí cambiaron de camión y doña María volvió a sentirse mal.
En Misisipi bajaron a desayunar, pero no todos traían dólares y faltaban nueve horas de viaje. En Alabama, a la mayoría ya les pesaba el recorrido.
Treinta y dos horas después por fin llegaron a Atlanta, Georgia; ahí vivieron el momento que tanto esperaron.
“La Federación Zacatecana Unidos en Atlanta, uniendo familias, no importa de qué ranchito vienes, aquí te vamos a tener, muchos de ellos tienen más de diez, 15, 20, 25 años sin verse, hoy en día ese sueño es una realidad, así recibe el pueblo de Zacatecas en Atlanta a estas familias que hoy se unen”, dijo un integrante de la Federación de Zacatecanos Unidos en Atlanta cuando las familia por fin se reencontraron.
Con información de Fátima Monterrosa
LHE