SALUD

Adicción a videojuegos altera el cerebro, comparable con drogas y alcohol: Experto

En mayo de 2019, la OMS decidió incluir la adicción a los videojuegos (gaming disorder) en su catálogo de enfermedades reconocidas

  • En países como Alemania, los tratamientos ambulantes o fijos para esta adicción son cubiertos por los seguros de salud
  • Según estudios internacionales, la adicción a los videojuegos afecta a alrededor del tres por ciento de los jóvenes y adultos jóvenes

La adicción a los videojuegos es una enfermedad seria que puede provocar cambios mensurables en el cerebro y es comparable con la adicción a las drogas y el alcohol, según escribió el psicólogo e investigador alemán Matthias Brand en la revista especializada “Science”.

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En mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió incluir la adicción a los videojuegos (gaming disorder) en su catálogo de enfermedades reconocidas. Esto se traduce en que, en países como Alemania, los tratamientos ambulantes o fijos para esta adicción son cubiertos por los seguros de salud desde principios de este año.

Brand dijo a dpa que era bueno que la adicción a los videojuegos sea considerada ahora oficialmente una alteración y que eso permita que las personas que lo necesiten reciban la asistencia necesaria. Por eso, aconsejó no entrar en pánico y demonizar a Internet como un todo.

Indicó que, de acuerdo con estudios internacionales, la adicción a los videojuegos afecta a alrededor del tres por ciento de los jóvenes y adultos jóvenes. “Esto también significa que la gran mayoría
integra Internet de forma funcional en su día a día”, afirmó.

En su artículo, Brand describe el estado de las investigaciones. De acuerdo con estas, los juegos online estimulan el sistema de recompensa en el llamado estriado ventral del cerebro, por debajo de la corteza cerebral.

Durante el proceso adictivo -como en el caso de las adicciones relacionadas con sustancias- el comportamiento se vuelve cada vez más automatizado o incluso compulsivo. Al mismo tiempo, se reduce el autocontrol, que se localiza principalmente en el lóbulo frontal.

Según dijo, esto es comprobable con imágenes de resonancia magnética funcional, cuando por ejemplo se les muestran a los adictos a los videojuegos imágenes de juegos en el escáner y se mide la actividad cerebral. “Sin embargo, todavía hay muchas cosas que no están claras sobre las relaciones causa-efecto”, dice Brand en el artículo.

Según explicó a dpa el investigador, una recuperación espontánea de la adicción a los videojuegos es posible, sobre todo si los jóvenes jugaron varios años de forma excesiva pero luego dejan de hacerlo cuando cambian sus circunstancias de vida. Sin embargo, señaló que en muchos, la enfermedad se manifiesta a largo plazo. “Pero también en este caso hay hallazgos que muestran que la terapia puede ser exitosa. No en todos, pero en muchos”, apuntó.

Añadió que superar esta adicción también implica una normalización del cerebro. “El cerebro tiene la capacidad de aprender, tiene una plasticidad”, dijo Brand. “Si bien cambia debido a los comportamientos adictivos durante una adicción, también observamos que es reversible”, indicó.

De acuerdo con la OMS, para reconocer una adicción a los videojuegos el tiempo de uso diario no es el único indicador. También son decisivos un menor control de la conducta de juego, darle prioridad al juego frente a otros comportamientos y perseverar en esta conducta a pesar de las consecuencias negativas, como el aislamiento social y las malas notas.

Según los criterios de la OMS, en la adicción estos factores son tan marcados que llevan a problemas funcionales en el día a día y causan un sufrimiento grave.

Brand aconsejó a los padres tener en cuenta estos estrictos criterios a la hora de pensar en una adicción a los videojuegos y no patologizar enseguida las etapas intensas de juego de los chicos.

Con información de DPA

AAE