CRIMEN Y SEGURIDAD

Activistas dan a conocer el rostro y la voz de ‘Calcetitas Rojas’

El 20 de diciembre de 2016, Lupita, mejor conocida como “Calcetitas Rojas” llegó a la casa de una familia, cercana al cuarto donde vivía con su madre y su padrastro, en una vecindad de la colonia Agua Azul, en Nezahualcóyotl, Estado de México.

La niña andaba de un lado a otro, con una familia, con otra… Llega entonces con esta familia, abraza a la abuelita y le dice: ‘Abuelita tengo hambre’… No entendemos por qué se le ocurrió grabar, decía él en parte que por un tema de seguridad, para que se viera que la niña había llegado sola… A mediados de febrero de 2017, la niña es quitada de ese lugar por su mamá y el padrastro”, relató la activista, Frida Guerrea.

En la conferencia donde se reveló el rostro de la niña, muerta el pasado 18 de marzo y cuya identidad se desconoció durante meses, familiares y activistas reiteraron que la pequeña, de cuatro años de edad, sufría constantes maltratos.

Todavía, un día antes de que fuera encontrada… la madre de este sujeto intentó ir al DIF para hacer saber lo que estaba pasando con la niña, que la habían golpeado muy fuerte el 17 de marzo y pues nadie dijo nada”, comentó la activista.

Luz María Medina, tía de Lupita, se mostró dolida, “porque la última vez que yo la vi, ella estaba quemadita de su cuerpo”.

El 27 de diciembre pasado, la Fiscalía del Estado de México informó que las pruebas genéticas ratificaron que Yadira Medina Pichardo, detenida una semana antes, era la madre biológica de la menor.

Al padrastro, Pablo Rodríguez Escamilla, no solo se le acusa de la violación y muerte de Lupita, a quien azotó contra el piso del cuarto por haberlo despertado con su llanto, también por la violación de otra menor de 13 años de edad, la otra hija de Yadira, en julio pasado.

Ambos están en el penal de Neza-Bordo y se les sigue proceso por feminicidio.

Los padres de Lupita “se dedicaban a robar… Lo que se robaban lo vendían en el Metro Pantitlán”, señaló Frida Guerrera.

Otra de las tías de Lupita, Marina Medina, dijo que esta situación es muy dura para ella, “a pesar de que no conviví con mi hermana mucho tiempo, es mi hermana, pero tienen que pagar ella y él”.

Yo lo hago porque soy madre. No me gustaría que a mi hija le pasara lo mismo. Y porque soy mujer”, agregó Luz María.

 

Con información de Cecilia Reynoso.

 

RMT