Acteal: a 20 años de la masacre, sobrevivientes narran su historia

Mañana se cumplen 20 años, de que en en el municipio de Chenalhó, en Chiapas, un diferendo político entre prozapatistas y priístas derivó en una masacre.

Cuarenta y cinco hombres, mujeres y niños fueron asesinados una mañana. Veinte años después, los sobrevivientes siguen padeciendo las consecuencias de esa violencia.

Cuando empezaron el tiroteo, pero nosotros huimos, rodearon todo aquí, la iglesia”, relató Mariano Luna Ruiz, sobreviviente de la masacre de Acteal, en Chiapas.

Mariano Luna Ruiz narró la manera en que un grupo armado los atacó, el 22 de diciembre de 1997, cuando oraban por la paz en la comunidad de Acteal, en el municipio de Chenalhó.

En el lugar quedaron muertos 45 indígenas tzotziles: 21 mujeres, 15 niños y nueve hombres.

Yo me quedé escondido aquí abajo, no pensaba yo, se salvaron mis dos hijos”, contó Mariano.

Su esposa Juana Pérez Pérez, con siete meses de embarazo y su hijo Juan Carlos, de dos años de edad, fueron asesinados.

A 20 años del ataque del grupo armado, Mariano Luna Ruiz y sus hijos narran cómo sobrevivieron.

Cada quien agarró su rumbo, el día de la masacre yo me quedé adentro de una cueva, me metí en una cueva chiquitita y mi hermano se quedó ahí junto con los muertos”, recordó Fernando Luna Pérez.

“Me escondí con una hoja de plátano con mi mamá y vi cuando le dispararon, la bala le entró en el pecho, a mi hermano en su cabeza y yo tuve un raspón en mi cabeza también, me quedé debajo de los muertos, cuando me salí, salí manchado de sangre”, relató Emilio Luna Pérez, sobreviviente de la masacre de Acteal.

Se trataba de un ataque anunciado.

Hace 20 años me tocó ser mediador, buscando que se redujeran las tensiones que existían en el interior del municipio de Chenalhó, en donde ‘Las Abejas’ y la Diócesis, con el Centro de Derechos Humanos, éramos mediadores”, dijo Gonzalo Ituarte, vicario de paz y justicia de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.

Entre el 5 y 7 de diciembre de 1997, días antes de la masacre, Noticieros Televisa recogió testimonios de los desplazados que se refugiaron en Acteal. El grupo armado los corrió de sus comunidades, les quemó sus casas y robó sus cosechas por simpatizar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y formar parte de la sociedad civil “Las Abejas”, una organización pacifista creada por catequistas de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chenalhó.

Entre los actuales habitantes de Chenalhó, el recuerdo está vivo.

Tengo muy claro, muy presente esa escena, incluso donde cayó el impacto de bala, ese día, cómo murieron mis papás, cómo murieron otros, lo tengo muy presente, no se me olvida”, aseguró Ernestina Pérez Luna, sobreviviente de la masacre de Acteal.

Hace 20 años, Ernestina, Zenaida y Roselia Pérez Luna sobrevivieron a la masacre de Acteal. Sus padres y tres hermanos murieron.

Zenaida tenía cuatro años de edad cuando recibió una esquirla de bala en la cabeza, lo que dañó su visión.

Yo no sé lo que es mirar bien, como ven los otros, por las tardes cuando oscurece, no alcanzo a ver muy bien nada, se ve como mucha oscuridad y cuando no hay luz, peor todavía”, afirma.

A sus 24 años de edad, Zenaida no ha logrado recuperar la vista, lamenta no poder hacer una vida normal para ayudar a su familia.

Solamente apoyo en la casa, en la cocina, no puedo ir a la milpa ni cargar leña, pagamos a las personas que nos ayudan a cargar la leña, pero es muy difícil porque no tenemos dinero”, explicó Zenaida.

Ernestina, la mayor de las sobrevivientes, tenía 12 años cuando quedaron huérfanas, a esa edad, se convirtió en madre de sus dos hermanas pequeñas.

Las hermanas Pérez Luna sobreviven en la miseria y la marginación.

Han transcurrido 20 años de la matanza de Acteal y las mismas voces lanzan un llamado para evitar otra tragedia.

La situación no ha cambiado demasiado, de hecho estamos viviendo un hecho tan semejante que tenemos un nuevo Acteal, lo que estamos viendo ahora es una situación de desplazamiento, hay más de cinco mil personas entre los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó en condición muy grave de falta de alimento, de vestido, del frío y grupos armados disparando, entonces vivimos una situación muy semejante porque en el caso de Acteal no se hizo justicia, no se desarmaron los grupos paramilitares, esos mismos han evolucionado y siguen hoy activos, son los que están actuando”, señaló Gonzalo Ituarte, vicario de paz y justicia de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.

Con información de Fátima Monterrosa

LHE