SALUD

Aceite de cannabis, alivio para el dolor en enfermedades terminales

El aceite de cannabis es un alivio para el dolor en enfermedades terminales; Aimeé recibió apoyo por un tumor que le fracturó el hueso maxilofacial

Aimeé tenía cinco años cuando le descubrieron una protuberancia que crecía en su rostro en el 2016 sus padres recibieron el terrible diagnóstico tenía rabdomiosarcoma, un tumor canceroso muy agresivo.

Te recomendamos: SCJN ordena garantizar terapia con cannabis a niño con epilepsia

Con radioterapia y sesiones de quimioterapia, el tumor pudo ser eliminado.

Pero lamentablemente, tuvo una recaída, un segundo tumor que no pudieron eliminar, a pesar de las 215 quimioterapias y 20 sesiones de radioterapia.

Jessica Domínguez Cajigal, mamá de Aimeé, comentó: “Después de nuevamente más quimioterapias y más radiaciones los médicos nos dicen que médicamente ya no hay más que hacer, que se probó todo lo que se le podía dar a la niña y pues su cuerpo ya no iba a resistir más, ya nos la entregaron en agosto del año pasado, el 23 de agosto, y nos dijeron que probablemente pues unos días nada más tenía de vida”.

El tumor prácticamente le estaba fracturando el hueso maxilofacial, así que ni la morfina aminoraba su dolor.

Jessica y Jaime buscaron entonces todas las alternativas posibles para al menos suavizar el dolor de su hija hasta que encontraron el aceite de cannabis.

“Nuestra sorpresa fue que al lapso de 15 días mi hija ya tenía casi totalmente controlado el dolor, empezaba a tener hambre, empezaba a levantarse y a dormir, el cuadro de depresión que tenía, empezó a bajar bastante con las gotas de cannabis fue más notorio el buen ánimo que tenía, el hambre que tenía y el sueño que ya le daba”, destacó Jessica Domínguez Cajigal.

En el lapso de un mes, Aimeé se levantó y ya estaba jugando de nuevo.

De manera sorprendente, el aceite de cannabis no sólo comenzó a quitarle los episodios de dolor, también comenzó a deshacer el tumor.

Entonces la pequeña Aimeé comenzó a tener una mejor calidad de vida; aun cuando siempre mantuvo la gastrostomía que le colocaron, comenzó a comer por si misma… le creció el cabello y hasta aprendió a andar en bicicleta.

Simplemente, le regresaron las ganas de vivir.

En marzo tuvo otra recaída, ya que le salió un tercer tumor mucho más agresivo que los dos anteriores, ya se los habían advertido, con la aplicación de las radioterapias, se corría el riesgo de que surgiera otro tumor.

La pequeña Aimeé falleció el 5 de junio pasado.

Al lado de su hija mayor, Jessica y Jaime, han aprendido a vivir con el dolor de ya no tener a su pequeña, pero con la certeza de que Aimeé vivió sus últimos días con la dignidad que había dejado de tener.

Con información de Karin Cuevas 

LSH