Una serie de contagios por COVID-19 sucedió luego de que un grupo de personas viajaran en un elevador contagiado. Se registraron 71 infectados en total. Los contagiados eran en su gran mayoría asintomáticos.
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Luego de que una mujer regresara a la provincia de Heilongjiang, China, tras pasar un tiempo en Estados Unidos, una serie de contagios se desataron cerca de su hogar, pues al usar el elevador de su edificio, esparció el virus por todo el espacio.
La paciente, identificada como A-Cero en un estudio publicado por Emerging Infectious Diseases del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, estaba infectada por COVID-19 pese a no haber mostrado un solo síntoma e inició una serie de contagios comunitarios.
Pese a que se realizó pruebas de anticuerpos que resultaron negativas del 31 de marzo al 3 de abril, esta enfermedad la afectó y a su comunidad, pues esta súper transmisora contaminó un espacio público sin tener la intención de hacerlo.
Tras ella, un vecino contrajo la COVID-19 y a este le siguió su madre y el novio de su madre. La madre del joven y su pareja acudieron a una fiesta tiempo más tarde, en la que otra persona sufrió un accidente cerebro-vascular y se le notificó que contrajo Coronavirus.
Para inicios de abril, los contagiados iban en aumento e inició el rastreo de sus contactos, detectándose así las decenas de personas que ya eran portadoras de COVID-19 sin tener la menor idea de serlo.
En el primer hospital al que ingresó uno de los infectados, otras 28 personas cayeron ante la enfermedad y más tarde otras 20, por lo que la cadena de contagio no era comprensible para los investigadores.
“La secuencia del genoma del virus era distinta del genoma viral que circulaba en China desde antes”, mencionaron los especialistas, para quienes fue abrumador ver que en tan solo 22 días, el número de infectados había llegado a las 71 personas y era muy probable que siguiera en aumento.
Cuando finalmente dieron con la paciente A-Cero, los expertos determinaron la gravedad que tenía para los asintomáticos esta enfermedad, pues no solo supone un riesgo para ellos sino para la comunidad que los rodea.
“Creemos que A0 era una portadora asintomática y que B1.1 (su vecino) se infectó en el contacto con las superficies del ascensor del edificio donde ambos vivían. Otros residentes en el edificio A0 dieron negativo en las pruebas de ácido nucleico y de anticuerpos séricos del SARS-CoV-2″, escribieron después de que se diera con el paradero de la portadora inicial.
