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ECOLOGíA

Estamos perdiendo la guerra contra el cambio climático: científicos

Desde hace años muchas personas públicas, ecologistas, científicos, líderes globales y periodistas como el activista Bill McKibben exigen en todo lo alto que necesitamos una movilización en la escala de la II Guerra Mundial para combatir el cambio climático.

En el Día Mundial de la Tierra, cuando durante 24 horas se habla sobre el hecho de que la existencia humana es posible gracias a y dentro de un planeta vivo, es importante reconocer que aún se está fallando en reconocer que el cambio climático está teniendo lugar.

Recientemente, una adolescente sueca llamada Greta Thunberg fue premiada después de convocar a huelgas escolares a nivel global para ‘educar a los líderes mundiales’ en materia de política climática.

El Nuevo Acuerdo Verde (concebido como  Green New Deal) fue creado por algunos legisladores demócratas como una propuesta para atacar el problema climático y rápidamente se ha convertido en una exigencia de los jóvenes en las calles.

Esta semana, manifestantes en Londres cerraron importantes partes de la ciudad en un llamado ‘ajuste de cuentas’ con el planeta. Más de mil de ellos han sido arrestados.

La magnitud de la indignación de ninguno de estos jugadores en el campo de la defensa por la Tierra ni si quiera coincide, de acuerdo con John D. Sutter para CNN, con la magnitud del desastre que se avecina y amenaza, como la II Guerra Mundial, con paralizar e incluso destruir la vida humana en el planeta como la conocemos.

 

Más de 1000 manifestantes británicos han sido arrestados en Londres durante intensas jornadas de protestas contra el cambio climático (GettyImages)

La verdad sobre el cambio climático

En 1988, un científico de la NASA llamado James Hansen declaró al Senado de Estados Unidos sobre los peligros del calentamiento global. Esto ocurrió aproximadamente hace casi 31 años y fue reportado por The New York Times con el encabezado: “El calentamiento global ha comenzado, un experto dice al Senado“.

Desde entonces, se han programado múltiples plazos para intentar forzar un cambio en la máquina post-industrial que es nuestra sociedad que ayude a rescatar al planeta de la catástrofe.

El científico de la NASA James Hansen testifica frente al senado de Estados Unidos el 8 de mayo de 1989, un año después de su histórico testimonio acerca del cambio climático (AP Images/Archivo)

En 1990, la revista Ecologist publicó un libro titulado 5,000 días para salvar al planeta. Unos 5 mil días después, el Instituto de Investigación de Políticas Públicas (IRPP, por sus siglas en inglés) declaró que había Doce años para salvar el planeta. En 2008, la Fundación para la Nueva Economía (NEF) publicó que la humanidad tenía 100 meses para salvar el mundo.

En el periodo previo a las conversaciones que materializaron, por corto tiempo, el Acuerdo de París en 2015, se colocó también un plazo de 100 días para salvar el mundo.

El grupo ‘Extinction Rebellion’ (‘Rebelión contra la extinción’) protesta frente al Arco de Mármol de Londres en espera de Greta Thunberg (Reuters)

Así, poco a poco, la humanidad ha dejado de prestar atención a los plazos que se impone a sí misma. Con el tiempo, también lo ha hecho con otras cifras, como las emisiones de carbono.

En 2018, expertos mundiales que conforman el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), publicaron un informe con algunos plazos basados en datos que arrojan sus investigaciones científicas sobre la cruda realidad.

De acuerdo con este informe, la contaminación global por carbono debe reducirse a la mitad para 2030 y a cero para 2050 si queremos evitar las peores consecuencias del cambio climático, las cuales son el ahogamiento de ciudades costeras enteras, empeoramiento de tormentas y la virtual desaparición de los arrecifes de coral.

Muy por el contrario, las emisiones globales de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) aumentaron hasta un estimado de 37 mil millones de toneladas en 2018, un alza récord.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, minutos antes de anunciar la salida de EU del Acuerdo de Paris (Reuters)

Entonces, ¿qué hemos hecho para intentar solucionarlo?

Para reducir las emisiones de carbono a la mitad en menos de 11 años para el 2030 y a un cero absoluto  hacia el 2050 se requiere una revisión total de la economía global, una rápida transición a combustibles más limpios y un posible resurgimiento de la energía nuclear.

Hasta la fecha, no ha habido suficientes impuestos a las emisiones de carbono u otros incentivos para escalar la innovación energética a nivel mundial.

Una encuesta del Programa de Comunicación sobre el Cambio Climático de la Universidad de Yale mostró en 2018 que el 59% de los estadounidenses estaba “alarmado” o “preocupado” por el calentamiento global, que es superior al de los cinco años anteriores.

Sin embargo, un informe de 2018 realizado por Gallup demuestra que la preocupación por el cambio climático no se ha traducido en acción política en Estados Unidos, donde el tema es el undécimo tema más importante para los votantes, detrás de la atención médica, la economía, la migración, entre otros.

“Y con razón…” ¿Dónde se pueden ver las consecuencias?

Una ola de calor en Europa, ocurrida en 2003, un estimado de 70 mil personas murieron según un estudio publicado en la revista Comptes Rendus Biologies.

Después de este suceso, los científicos utilizaron por primera vez técnicas que permitieron saber cómo el calentamiento inducido por el hombre duplicó el riesgo de los eventos ocurridos.

Con estas técnicas, la Universidad George Washington ha vinculado al calentamiento global al huracán Harvey en Texas, las inundaciones de 2016 en Baton Rogue y el huracán María en Puerto Rico. Todos estos eventos han cobrado miles de víctimas en conjunto.

Con información de CNN, Reuters y AP