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SALUD

UNAM estudia rastros de COVID-19 en aguas residuales

Este estudio podría funcionar como una herramienta de prevención para detectar la enfermedad a tiempo.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio a conocer que a través de la Unidad Académica Juriquilla, del Instituto de Ingeniería, estudia la presencia del Coronavirus SARS-CoV-2 en aguas residuales para detectar de forma temprana a una posible comunidad contagiada.

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El proyecto nombrado “Determinación de fragmentos genéticos del SARS-CoV-2 en aguas residuales” surgió luego de que se encontrara que en las heces fecales quedan fragmentos genéticos del ácido ribonucleico del nuevo coronavirus, lo que permitiría detectar su presencia con antelación.

Sobre este trabajo, Germán Buitrón Méndez, miembro del Laboratorio de Investigación en Procesos Avanzados de Tratamiento de Aguas, dijo que hasta ahora se desconoce si el virus se encuentra en estado infectivo dentro de las excretas, resultando de suma importancia este tipo de investigaciones para determinarlo.

“Lo que sí sabemos es que sus fragmentos genéticos se mueven a través del sistema del drenaje hasta llegar a las plantas de tratamiento” detalló para UNAM Global

Según la información dada por el universitario, cuando una persona está infectada por COVID-19 excreta los residuos genéticos de la enfermedad antes de alcanzar un estado de salud crítico, provocando así que este virus viaje en las aguas de cañerías.

Este hecho funciona de igual manera con los pacientes asintomáticos, pudiendo afectar así a toda una comunidad. Sin embargo, si se obtienen buenos resultados en estas investigaciones, sería posible prevenir un incremento de contagios.

De acuerdo a lo que señalan otras investigaciones, ya se ha demostrado que antes que un área se infecte el pico de subida en las aguas residuales coincide con el tiempo que transcurre antes de un aumento de contagios, que va de una semana a 10 días.

Con el trabajo de la UNAM se espera que sea posible tomar un mejor control sobre la pandemia por parte de las autoridades, quienes podrían así tomar decisiones mucho más asertivas evitando cerrar toda una ciudad o estado determinado.

Esta herramienta funcionaría como una alerta temprana ante la presencia de COVID-19, pero no sustituirá las pruebas realizadas por personal médico para confirmar si una persona contrajo o no la enfermedad.

Por otra parte, el costo-beneficio de esta labor resulta favorable, pues funcionaría de la siguiente manera:

“Imaginemos una comunidad de 10 mil personas, para tener un monitoreo tendríamos que realizar 10 mil pruebas a cuatro mil pesos cada una, pero con este proyecto sólo necesitamos realizar tres pruebas para toda esta población, que resulta mucho más económico”.

Esta investigación comenzó a desarrollarse desde el mes de marzo del presente año y se observó, que entre el 15 de mayo y 15 de junio, la concentración de material genético en el agua residual coincidió con el aumento de casos en Querétaro, por lo que sería posible mantener una relación.

Como lo señala UNAM Global, “esta metodología también ha sido aplicada en el agua de drenajes de edificios de oficinas, del hospital COVID de Querétaro, la unidad médica de aislamiento COVID de Querétaro y un CERESO”, por lo que la siguiente etapa será fusionar esfuerzos con la Facultad de Medicina y otros institutos UNAM como el de Geología o el de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT).

Por ahora este equipo de investigadores sostiene pláticas con la Comisión Estatal del Agua y la Secretaría del Estado del Querétaro para aumentar su campo de acción y darle un mayor alcance a la investigación.

 

 

Con información de UNAM GLOBAL