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POLíTICA

Una moda en la campaña electoral francesa

La tumultuosa campaña presidencial, cargada de sorpresas e incertidumbre, desata las pasiones más intensas entre los franceses, convocados a las urnas para elegir a su próximo jefe de Estado entre 11 candidatos.

La tensión crece, el suspenso alcanza el clímax. Urge tomar una sana distancia de todos estos asuntos tan preocupantes, desdramatizar la muy reñida contienda con humor.

Está consciente de ello Stéphane Calleja, dueño de la empresa que lidera la producción mundial de preservativos lúdicos y personalizados. A finales del mes de marzo Stéphane Calleja lanzó una insólita gama de condones para inflar el cuerpo electoral bajo el lema: “Libertad, Igualdad, Sexualidad”.

Calleja afirmó que creó los condones en medio de una campaña caótica “para aligerar la gravedad de la situación y para hacer reír con los temas electorales que interesan”.

La campaña se llama Erección presidencial 2017, su eslogan es: 100% placer, 0% abstinencia.

El creador de los condones electorales defiende que no quisieron ser “voluntariamente malintencionados, sólo deseamos mantener un tono locuaz y divertido.

Por Internet y en unas 250 tabaquerías de París se venden como pan caliente preservativos juguetones, colocados en una urna, con los logos ligeramente modificados de los partidos que participan en la batalla electoral.

Céline Houillet, gerente de una tabaquería, asegura que los condones son tan graciosos, “que la gente pide la colección entera. Se venden de maravilla”.

Fascina el uso magistral de los juegos de palabras, a veces un poco irreverente. El ultraderechista Frente Nacional cambia de nombre y se convierte en el “Fist -o puño- Nacional”. La “Francia Insumisa” de la izquierda radical se transforma en los “Glúteos Insumisos”, y el candidato conservador François Fillon aparece en los condones con el apellido “Pilon” o muslo.

Stéphane Calleja dice que la idea fue crear el lazo entre el lado sexual y la elección, mientras las ventas aumentan a un ritmo vertiginoso, pasaron de 200 unidades por semana a 2,000 por día. Cada ejemplar cuesta 2 dólares, pero reír no tiene precio.

 

 

 

 

(Con información de Kasia Wyderko, Noticieros Televisa, París.)

tfo