Los trastornos sexuales son aquellos problemas que impiden a una persona desear o disfrutar de la actividad sexual. Pueden suceder en cualquier momento y aunque ocurren a cualquier edad, las posibilidades de padecer un trastorno sexual aumentan conforme envejecemos.
Existen cuatro categorías de trastornos sexuales y ninguno tiene que ver con la asexualidad. Si bien es normal no tener ganas a veces, esto no debe considerarse un trastorno a menos que ocurra con regularidad y afecte significativamente la vida sexual de una persona.
¿Cuáles son los trastornos sexuales?
Los cuatro tipos de trastornos sexuales tienen que ver con el deseo o el interés en el sexo y son los siguientes:
- El trastorno del deseo es cuando una persona tiene poco o ningún interés en las relaciones sexuales de forma continua.
- El trastorno de excitación significa que una persona puede estar de humor emocional, pero su cuerpo no.
- El trastorno del orgasmo significa que estás de humor emocional, pero existe una incapacidad frustrante para alcanzar el clímax.
- El trastorno por dolor implica tener dolor durante las relaciones sexuales.
En la primera categoría se incluyen padecimientos como libido baja, pérdida de la libido o del deseo sexual, los cuales pueden deberse a niveles bajos de testosterona. En las mujeres en específico, esto a su vez puede deberse a cambios hormonales después del parto, a amamantar o a la menopausia.
Como ejemplo de trastorno de la segunda categoría está la disfunción eréctil, cuando un pene no puede mantenerse erecto para tener relaciones sexuales. Esto puede ocurrir debido a un problema con el flujo sanguíneo, un trastorno nervioso, una lesión en el pene, pero también por problemas psicológicos, como estrés o depresión, entre otras razones.
La dificultad de alcanzar orgasmos de la categoría tres pueden deberse a estrés y fatiga, o a sentir dolor o incomodidad durante la actividad sexual. Pero incluso es posible que no se alcance el orgasmo cuando el deseo sexual es bajo o cuando sus hormonas están fuera de control.
Por último, diversas causas puede hacer que las relaciones sexuales duelan y como parte de la cuarta categoría de trastornos sexuales podemos contar el vaginismo, por ejemplo.