Un grupo de empleados de una fábrica en Alemania, trabajaron 3,300 horas extras, para que uno de sus colegas pudiera pasar más tiempo con su hijo, diagnosticado con leucemia a los tres años.
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Cuando se descubrió la enfermedad del pequeño Julius, éste fue sometido a un tratamiento que lo mantuvo en el hospital durante 9 semanas. Cuando estaba por salir y regresar a su casa en la ciudad de Fronhausen, su mamá murió a causa de una enfermedad cardiaca.
Así, Andreas Graf, de 36 años, se vio de pronto acorralado. Por un lado debía seguir sobrellevando tanto la leucemia de Julius como el luto por su esposa, y por el otro, seguir asistiendo a la empresa de diseño donde trabajaba como ensamblador, para evitar perder su empleo.
Aunque pidió sus vacaciones anuales, estas no fueron suficientes para darle a su hijo todas las atenciones necesarias.
(Imagen tomada de facebook.com/maintower).
Para su fortuna, Pia Meier, gerente de recursos humanos de esa fábrica, ubicada en la ciudad vecina de Marburg, intervino y le propuso a los demás empleados que donaran horas extras de trabajo. El apoyo fue absoluto y los 650 trabajadores de la empresa se unieron sin dudar a la causa. Incluso aquellos que no conocían a Graf decidieron apoyar.
En sólo dos semanas los trabajadores se comprometieron a donar 3,264.5 horas laborales, que le permitieron a Andreas seguir teniendo vacaciones pagadas.
Meier confesó haberse sentido abrumada ante la respuesta de los empleados.
No hay una sola persona que no haya donado”
El gesto de sus colegas permitió que, por más de un año, Andreas acompañara a su hijo en la lucha contra este padecimiento.
Sin esta tremenda ayuda, ya me habría quedado sin trabajo”
… comentó.
Tras la quimioterapia, Julius, que ahora tiene cinco años, ya se siente mucho mejor y pronto entrará a la escuela. Graf finalmente volverá a trabajar junto a sus compañeros, con quienes está profundamente agradecido.
Julius visitando la empresa donde su papá trabaja como ensamblador (Imagen tomada de facebook.com/maintower).
