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ECOLOGíA

Tortugas de Galápagos vuelven a nacer por primera vez en 100 años

Luego de más de un siglo, las legendarias tortugas de las Islas Galápagos volvieron a eclosionar en un evento histórico que marca una nueva isla para el ecosistema que fascinó a Charles Darwin, padre de la Teoría de la Evolución de las Especies, en el siglo antepasado.

Las tortugas, cuyo nombre científico es Chelonoidis nigra, habían sido casi erradicadas por una especie de ratas “pirata” que llegaron en los barcos balleneros que pararon en la Isla Pinzón en el siglo XIX.

Debido a que los roedores se comían los huevos de las tortugas, estas no pudieron florecer sin intervención humana, pero ahora que las ratas fueron erradicadas gracias a distintos programas de control de pestes, esta especie de quelonios pudo volver a florecer en su hábitat natural.

Se cree que antes de que el Hombre llegara a las Islas Galápagos a mitad del siglo XIX, había al menos 15 especies distintas de tortugas gigantes, pero actualmente solo 11 de estas sobreviven.

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Danny Rueda, jefe de ecosistemas para el Parque Nacional Galápagos de Ecuador, confirmó que, luego de más de un siglo sin poder nacer naturalmente, las primeras tortugas salieron de sus huevos en lo que él llama “un evento significativo para el futuro de las especies de la isla”.

De acuerdo a medios locales, en 1965 el parque inició un programa de crianza para 20 tortugas con el fin de evitar su extinción por consecuencia de la voracidad de las ratas extranjeras, pero que ahora que esta especie ya logró nacer nuevamente en la isla, ya no hará falta vigilarlas con tanta atención pues la naturaleza se hará cargo de ellas, dijo el especialista.

Además de los ejemplares de Chelonoidis nigra, existen otras especies de aves, insectos y animales que también son cuidados por expertos con el propósito de preservar la riqueza natural de las Islas Galápagos.

Rueda indicó a los medios locales que ahora que el reto de la supervivencia de las tortugas gigantes de Galápagos fue superado, lo que sigue es asegurarse que una especie invasora no vuelva a las islas para afectar el frágil balance de su ecosistema.