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ARTE Y CULTURA

Tortilla mexicana, saludable y libre de transgénicos

México es autosuficiente en la producción de maíz blanco que es utilizado para el consumo humano y, principalmente, en la elaboración de diferentes alimentos como la tortilla.

Por lo anterior puede asegurarse que este alimento, presente a diario en las mesas de las familias mexicanas, está libre de transgénicos.

Durante años se ha desarrollado un mito sobre si la tortilla contiene maíz transgénico o no; y esta confusión deriva de la importación de maíz amarillo que año con año hace México de otros países, principalmente de Estados Unidos, donde sí está permitida la siembra de granos genéticamente modificados.

Sin embargo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Agricultura, el maíz amarillo que se importa no es destinado al consumo humano, sino a otras industrias.

Además, México es autosuficiente en la producción de maíz blanco, por lo que este cereal es sembrado y cultivado en territorio mexicano, donde por disposición oficial está prohibida la siembra de productos transgénicos.

“En maíz blanco, el que se utiliza para consumo humano, somos autosuficientes y, regularmente excedentarios, por lo cual se exporta a otros países de América Latina y Sudáfrica”, detallaron fuentes de la Confederación Nacional de Propietarios Ruarles (CNPR).

De acuerdo con la CNPR, existe la recomendación de organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que establece que un país debe producir 75 por ciento de lo que consume y, en México, se registra un importante avance al respecto, ya que no sólo produce el suficiente maíz blanco para atender la demanda local, sino que produce de más y tiene la capacidad de exportarlo a otros países.

Hay que recordar que además del maíz blanco, con el que por cierto se elaboran las harinas de maíz nixtamalizado con las que se producen el 25% de las tortillas en México, como Maseca, en el país existen 64 tipos de maíz que también pueden ser utilizados en la fabricación de este alimento, según un estudio elaborado en el país por la Fundación Rockefeller.

Hay que recordar que, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, el mercado se encuentra aún dominado por los molinos tradicionales del maíz de Nixtamal que es la forma clásica y mesoamericana desde tiempos remotos. Las empresas ni siquiera absorben la mayoría del mercado, pues controlan sólo el 35 %, siendo el producto nixtamalizado quién conserva el mercado mayoritario con el 65% restante.

Las empresas que elaboran harina de maíz con métodos industriales se distribuyen el 35% del mercado de esta forma: 25% por Maseca, 8% por Minsa, 1% por Harimasa, 0.50% por Cargill, 0.40% Macsa y 0.20% por Blancas.

Sin embargo, estos tipos de maíz son de autoconsumo, no son comerciales y, prácticamente sólo son consumidos por las propias personas que lo siembran.