Las personas que toman menos de tres semanas de vacaciones al año, tienen 37% más posibilidades de morir que aquellos que tomaron un período mayor.
Así parece revelarlo una investigación realizada entre 1974 y 2014 por el doctor Timo Strandberg, del Departamento de Medicina de la Universidad de Finlandia, y que fue presentada durante la Sociedad Europea de Cardiología.
Strandberg reunió la información de 1,222 hombres nacidos de 1919 a 1934, que se convirtieron en ejecutivos y tenían uno o más factores de riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular, como fumar, presión arterial alta, triglicéridos elevados, sobrepeso, colesterol alto, o intolerancia a la lactosa.
Los participantes fueron divididos en dos grupos. A los del primero se les guió médicamente para mantenerse físicamente activos, tener un peso saludable, llevar una dieta balanceada y dejar de fumar. En cambio, el segundo grupo no tuvo ningún tipo de asesoría.
El siguiente punto resultó desconcertante:
Los hombres del primer grupo que tomaban tres semanas o menos de vacaciones al año, presentaron 37% más posibilidades de morir que aquellos que salieron más de tres semanas. En cambio, los miembros del grupo que no tuvieron ningún seguimiento, presentaron variaciones en su riesgo de muerte independientemente de sus periodos vacacionales.
Aunque los investigadores no pudieron explicar por qué los hombres que recibieron tratamiento presentaron una mortalidad más alta, Strandberg dio su hipótesis a Newsweek:
El estrés inducido por la educación e intervención intensiva en salud personal (decirle a los ejecutivos que dejen de fumar, reducir peso, ejercicio, etc.) podría estar involucrado, pero probar esto es difícil porque el estrés no se midió específicamente en el estudio”
Su teoría es que a las personas vulnerables se les puede causar estrés al intentar modificar su estilo de vida. Finalizó diciendo que si la gente quiere tomar vacaciones lo siga haciendo, pues probablemente les sentarán bien.
