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CRIMEN Y SEGURIDAD

Esto es lo que significa el “Sol Negro”, el símbolo nazi que tiene tatuado el hombre que atacó a Cristina Fernández

El sol negro cobró fama como uno de los símbolos favoritos de simpatizantes de extrema derecha de todo el mundo

El jueves 1 de septiembre, Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina, fue víctima de un intento de homicidio perpetrado por un hombre de nacionalidad brasileña identificado como Fernando Andrés Sabag Montiel, de 35 años. Al poco tiempo trascendieron algunas imágenes en redes sociales que muestran a Sabag con un tatuaje del “sol negro” en el codo. Este es el significado de dicho símbolo.

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Previo a la Segunda Guerra Mundial, la Alemania Nazi de Adolf Hitler adoptó varios símbolos que cumplían la función de acompañar el discurso ideológico del Tercer Reich. El más conocido de estos símbolos era la esvástica, la cruz de brazos torcidos que adornaba todo documento, listón, bandera, inmueble y demás parafernalia del partido nazi.

Al igual que la esvástica, la rueda solar, también conocida como sonnenrad, es un símbolo de la antigüedad indoeuropea que fue adoptado por los nazis para enriquecer su filosofía sobre la superioridad de la raza aria. Los orígenes de los sonnenrads se remontan a las culturas del norte de Europa, como la nórdica y la céltica.

A lo largo de la historia existieron varios diseños asociadas a la rueda solar, pero el diseño particular que fue atribuido al nazismo es el de un sonnenrad que consiste de dos círculos concéntricos. Del círculo interno, el cual representa al sol, brotan doce rayos que alcanzan el círculo exterior. La forma torcida de los rayos remiten a los brazos de la esvástica y la Sigel, la runa que conforma el emblema de la temida SS.

Al igual que su líder, Heinrich Himmler, el jefe las Schutzstaffel (SS), era un aficionado del ocultismo y creía en la carga mística de los símbolos adoptados por el partido nazi. En 1933, Himmler se adueñó del Wewelsburg, un castillo de la época del Renacimiento que la SS buscaba convertir en la sede principal de su escuela ideológica y sus ceremonias esotéricas.

Himmler mandó a remodelar el castillo, exigiendo la instalación de obras de arte que reflejen la filosofía del Tercer Reich, así como la decoración con diseños que se inspiren en la simbología del pasado teutónico-germánico. Fue así como quedó plasmado el sonnenrad que hoy se conoce como “sol negro” a modo de mosaico en el piso blanco de la estancia principal de Wewelsburg.

Simbolo favorito del neonazismo

Ese fue el primer registro en la historia del símbolo específico que hoy es reconocido como un símbolo de odio a escala internacional. Su nombre de “sol negro” vino mucho tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1991 un escritor de nombre Stephan Mögle-Stadel vínculó este símbolo al concepto de “Sol Negro” introducido por Wilhelm Landig como sustituto de la esvástica.

Wilhelm Landig era un escritor y simpatizante de la SS que en la década de los 50 fundó en Austria el Landig Gruppe (o Grupo Landig). Esta organización ultranacionalista se presentaba como la heredera de la Sociedad Thule, el mismo grupo ocultista que patrocinó al partido nazi en sus inicios, cuando era conocido como el Partido Obrero Alemán, inyectándole su visión racista de una Alemania de “sangre pura”.

Landig creía que el “Sol Negro” era una fuente de energía mística que debía ser aprovechada para renovar a la raza aria. A finales del siglo XX, varios grupos identificados con el neonazismo o el supremacismo blanco adoptaron la visión de Landig y se apropiaron del Sol Negro, distorsionando su origen racista en su expansión global para poder ser adoptado por simpatizantes de la extrema derecha de todo el mundo.

Por ello, no es del todo raro ver el Sol Negro en el tatuaje de un brasileño, en el chaleco antibalas de un terrorista en Nueva Zelanda, en la bandera de un seguidor de Donald Trump, o en el escudo de un integrante del Batallón Azov. Quizás este símbolo captura mejor que la esvástica el espíritu internacional de una extrema derecha unida por una causa común: el combate contra toda manifestación de una izquierda política y social.

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