Sin duda, ya no se habla de la masturbación como antes, no sólo porque muchos tabúes ya suenan a desinformación y anacronía, sino porque además masturbarse en la actualidad es una experiencia totalmente diferente, una en la cual puedes simular el sexo oral con sex toys.
De acuerdo con la autora Hallie Lieberman y su libro Buzz: The Stimulating History of the Sex Toy, existen penes tallados en piedra (de veinte centímetros de largo, cabe mencionar) de hace 30 mil años y aunque no está determinada su función en ese entonces, su tamaño y forma parecen más que una coincidencia.
Al principio, los distribuidores de juguetes sexuales vendían este tipo de productos como “artículos novedosos” y en algunos casos, como “ayudas maritales” y aunque ahora son muy populares, los juguetes sexuales están regulados por leyes en algunos lugares.
Lo que es cierto es que los sex toys no solamente proveen placer, ni se usan solamente cuando uno está solo. La página Planned Parenthood refiere que los juguetes sexuales pueden ayudar a la gente trans, no binaria y a cualquiera que se encuentre en el espectro del género para afirmar su identidad, además de que para las mujeres puede ser la forma más fácil de llegar al orgasmo.
La variedad de juguetes sexuales ahora ya no se limita a aparatos con forma de pene o que simplemente, sino que existe toda una gama de sex toy para el sexo oral, es decir, que simulan la sensación del acto real, y existen tanto para hombres como para mujeres.
Por ejemplo, marcas como Lelo tienen sex toys que funcionan con vibraciones sónicas y algunos pueden ser programados a través de apps, así que la experiencia es algo que jamás te imaginas hasta que lo pruebas.
Los sex toys para sexo oral son una gran forma de conseguir estimular el clítoris o el pene con sensaciones similares a las que la boca podría generar y hay muchos juguetes sexuales que se adaptan a diferentes estilos de estimulación: desde vibraciones que imitan el sexo oral hasta un par de lenguas mecánicas, los sex toys te ofrecen muchas formas de experimentar el sexo oral sin una pareja, forzosamente.